Cuando la burguesía se ve acorralada por el incremento de la movilización de masas, cuando la lucha de clases muestra un incremento y un auge en el proletariado y las capas populares, cuando las instituciones del Estado son detestadas por el pueblo que pisa fuerte en su trayectoria de búsqueda de una nueva institucionalidad que lo represente y, en consecuencia, se moviliza, sale a la calle diariamente ejerciendo la autoconvocatoria y cuando la democracia directa es la forma irreversible a través de la cual toma decisiones, más ácida se muestra la clase dominante.
Su defensa es una mayor concentración, su acorralamiento económico y político la llevan a medidas más reaccionarias. La dictadura del gran capital es la forma de gobierno de lo más concentrado de la oligarquía financiera. No hay democracia, sólo dictadura de la burguesía.
Cumpliendo una nueva disposición del G20 y del GAFI (Grupo de Acción Financiera Internacional contra el lavado de dinero), el gobierno de Cristina Kirchner elaboró dos proyectos de Ley que darán una vuelta más de tuerca a la concentración de los capitales.
Uno es la Ley del Mercado de Capitales que, en estos días sería aprobada por el Congreso. El otro, es la nueva legislación de Seguros que establece, entre otras cosas, que un porcentaje de lo recaudado por las Aseguradores debe orientarse a la inversión productiva (léase a la voracidad de las empresas monopólicas que dominan el mercado).
Ambas leyes tienen relación pero son independientes una de otra.
Ambas leyes tienden a que el gran capital financiero maneje mayor cantidad de fondos que lo que sus brazos alcanzan. Dicho de otro modo: reunirán el capital de pequeñas y medianas empresas para invertirlo en la producción monopolista.
El gancho “nacional y popular” es que a partir de esta nueva ley del mercado de capitales, las empresas medianas y pequeñas podrán cotizar sus acciones en la bolsa sin necesidad de cubrir el piso de entre 5 y 3,5 millones que hoy se requiere para poder ofrecer sus acciones en el mercado de valores.
¡Qué democrático! ¡Se emparejan así las posibilidades! ¡No sólo las grandes empresas pueden negociar sus acciones en la bolsa!
En los papeles parece muy igualitario. Pero cuando las decisiones las toma el Estado que está en manos del gran capital monopolista, es como meter zorros en el gallinero.
Con esta ley, los grandes capitales ahora contarán, sin mediación, con los pequeños y medianos capitales para sus propios fines. A ello se suma que un porcentaje de lo recaudado por las Aseguradoras también será destinado a la industria monopolizada.
Esto es básicamente, el objetivo de las leyes propuestas por el gobierno de Kirchner. Por supuesto que las mismas vienen empaquetadas con grandes frases y expresiones “nacionales y populares” y selladas con tecnicismos e ininteligibles conceptos financieros.
Es por esa razón que la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, el MERVAL, la Bolsa de Comercio de Rosario; Bolsa de Comercio de Santa Fe; Bolsa de Comercio de Córdoba; Bolsa de Comercio de Mendoza; Mercado de Valores de Rosario; Mercado de Valores de Córdoba; Mercado de Valores de Mendoza; Mercado de Valores del Litoral; MATBA (Mercado a Término de Buenos Aires) y ROFEX (Mercado a Término de Rosario), están todos de acuerdo con la nueva ley. Sólo quieren que la regulación y el manejo estadístico y técnico, no salga del ámbito de la Bolsa de Comercio que cuenta con una plantilla de 300 técnicos avezados en las lides financieras.
Con este moño cerrarían el paquete, ya que ésta es la vía más directa para el manejo de los capitales, aunque si no pueden hacer valer esa estrategia y el manejo queda en manos de la Comisión de Valores que es el órgano del Estado que propone la nueva ley como contralor, la decisión sobre el destino de esa masa de dinero tendrá un circuito más indirecto. Al fin y al cabo, el Estado está al servicio de los grandes capitales.
La mesa está nuevamente servida. Se ha mezclado y vuelto a dar. Una nueva guerra por grandes masas de capital producto del trabajo de millones de argentinos. Una medida para facilitar y acelerar la apropiación de gigantes masas de plusvalía, que traerá como consecuencia, nuevas disputas intermonopolistas, profundización de sus contradicciones, acrecentamiento de su insaciable sed y agudización de la lucha de clases en medio de una generalizada ofensiva de masas.
Tal como lo grafica la famosa figura de los tres monitos tapándose la boca, los oídos y la vista, el gobierno y toda expresión política del oficialismo y la “oposición”, no responden a las demandas populares, por el contrario sólo atinan porfiadamente a encerrarse cada vez más, y esto no lo hacen por falta de inteligencia, sino porque es la única forma de defender su sistema. Evalúan que es mayor el peligro de abrir una puerta que el de cerrar todas las aberturas bajo siete llaves.
Ante el tránsito decidido del pueblo por el camino de la democracia y la autoconvocatoria hacia la búsqueda de un proyecto que lo conduzca hacia una vida digna, la oligarquía financiera responde con más dictadura y mayor concentración de capital. El cóctel histórico necesario para la revolución…