Más allá de la bravuconada electoralista de De la Sota-Renault y de la estampida que provocó en la comitiva enviada de La Presidente- SMATA, la escena estuvo sometida bajo la fuerte presión y presencia de los obreros de la automotriz; el gobernador se vio obligado a hablar de lo que la clase quiere que se hable y la señora Giorgi y el secretario general del sindicato quisieron y no pudieron evitar un desplante o una “emboscada” como lo definen los “poetas progre” del gobierno.
Este es el escenario que se manifestó y el que nadie pudo tapar, pero lo cierto es que mientras De la Sota hablaba en Córdoba, la Presidente simultáneamente anunciaba que el medio aguinaldo no pagaba “ganancias”. Estas disputas intermonopólicas salen a la luz y se disparan públicamente en un momento de nuestra historia muy especial.
Si bien la clase obrera no ha irrumpido aún en la magnitud que otros sectores de la sociedad lo están haciendo, podríamos afirmar que la procesión va por dentro, centenares de miles de obreros están debatiendo éstos temas simultáneamente en sus puestos de trabajo, están en un ferviente estado deliberativo y comenzando a realizar asambleas promovidas desde cada sector o sección según la fábrica. Dentro de ello se encuentra el malestar existente a todo el aparato burocrático que se encuentra atemorizado por el despliegue exigente de las bases.
La disputa por arriba es muy cierta y ella irá agudizándose, pero lo que hay que leer es lo que comienza a verse y sentirse: el mal humor, la calentura, el atropello al que nos quieren someter y por sobre todas las cosas, a no tolerar la dictadura que impone el capital financiero. En ésta semana desde nuestra página hemos publicado situaciones de lucha conmovedoras de la clase obrera, éstas se multiplican cotidianamente y el signo que las caracteriza es la conquista; es más, en muchas fábricas monopolistas la oligarquía financiera retrocede y descomprime otorgando las demandas incluso un “minuto antes” de que estalle una situación más compleja.
Las cosas para el poder están muy difíciles, se preanuncian grandes acontecimientos que tenderán a aumentar la incapacidad del gobierno a gobernar como ellos quisieran hacerlo.
Ellos intentarán siempre ir por sus intereses, pero el período abierto en nuestra historia presente será muy distinto a lo sucedido por varios años de imposición de engaños, mentiras y otros artilugios de la burguesía. El escenario fundamental adquiere el color necesario de la verdadera confrontación: por un lado, la oligarquía financiera y el Estado del que hace uso y abuso con sus Instituciones y por el otro, la clase obrera y todo el pueblo, ejerciendo ya una fuerza Institucional que es la autoconvocatoria, a la que ya nadie puede dejar de analizar como la verdadera piedra en el zapato del poder burgués.