Otra vez, un repetido intento desesperado de la burguesía de poner techo a las aspiraciones de la clase obrera y trabajadores en general.
A pedido de la oligarca presidenta Cristina Fernández, según lo informado por los propios representantes del gobierno, volvió a reunirse la trilogía institucional reaccionaria (empresarios monopolistas, gobierno y sindicatos).
La reunión intentó presentarse como tripartita aunque estuvieron presentes tres sectores del mismo partido: el partido de los monopolios.
El evento no es más que otro intento desesperado que pretende salir al cruce de las permanentes luchas que a lo largo y ancho del país, cuestionan la creciente inflación, la consecuente depreciación de los ingresos de los trabajadores, las agobiantes condiciones laborales y de vida a la que está sometida la población, etc.
Los medios masivos (tanto los oficialistas como los “opositores”) quisieron presentar la reunión como una iniciativa para el “pacto social que nos permitirá paliar la crisis”.
Pero, como la mayoría de los manotazos de ahogado, se pierden en el vacío y muestran su inutilidad.
En las condiciones actuales en las que las luchas se dan por fuera de toda institucionalidad, en forma autoconvocada y cuestionando con su acción todo lo que intente imponerles límites, este evento es uno más de los fracasados intentos que expresan la debilidad y la falta de ideas que la clase dominante cuenta para capear el temporal. Y esto no es porque no son inteligentes o les falte capacidad técnica o intelectual. Esto se debe a que están acorralados entre el discurso “progresista y democrático” que repiten diariamente y la aplicación de las reaccionarias medidas económicas, políticas y sociales que requieren los monopolios para sostener este sistema de dominación putrefacto que les hace agua por los cuatro costados.
No hay lugar para ningún pacto social ni acuerdo entre partes que pelean cada centavo porque las dos lo necesitan imperiosamente. Los trabajadores para poder vivir y los monopolios para sostener sus ganancias y su sistema de explotación.
Mientras, en las empresas, en las fábricas, en todas los ámbitos laborales crece la demanda de contar con dinero extra para fin de año porque ni el sueldo ni el aguinaldo alcanzarán para pasar las fiestas.
Ésa es la batalla que el gobierno y los sindicatos de los patrones monopolistas tienen en el horizonte inmediato y que no pueden esconder detrás de pomposos proyectos de “pacto social”.