(Un cierre de año a toda orquesta)
El 21 de diciembre pasado, tres obreros del sector colada continua de la acería de Acindar fueron echados por la empresa.
Los tres trabajadores venían, desde hace meses, reclamando una categoría que la empresa les negaba.
Cansados de la situación, decidieron no ejecutar tareas por fuera de lo que determina el “manual” de procedimientos de su actividad. Debido a ello se paralizó toda la acería ya que el material no llegaba a la sección para ser procesado.
Aunque no están obligados a hacer dichas tareas porque no están registradas en el convenio, la empresa tomó la decisión de echarlos, argumentando que forman parte de los “usos y costumbres”. Sin embargo, los usos y costumbres no contaron a la hora de otorgarles la categoría que reclamaban. ¡Así cumplen la ley los burgueses en todas las esferas, ya sea en las empresas, en el gobierno o cualquier institución! ¡La misma ley que ellos hacen cuando no les sirve, la saltean y se acabó…Y no hay juez que los ponga en vereda, por el contrario, los avalan!
Pero volvamos al conflicto…
Inmediatamente, al enterarse del despido de los tres compañeros, toda la acería, en forma autoconvocada paró. La decisión fue unánime y llevada adelante como un solo hombre.
Más tarde apareció el sindicato y comenzaron las negociaciones con la empresa.
Al cabo de casi cuatro horas la empresa dio marcha atrás y reincorporó a los tres obreros despedidos.
Los obreros volvieron al trabajo sólo cuando se tuvo la seguridad de que los compañeros habían sido devueltos a sus puestos.
El golpe fue muy grande para Acindar ya que no sólo debió retroceder reincorporando a los obreros sino que, además, se abrió una instancia de “diálogo” para definir, a más tardar en el mes de marzo, la categoría que los obreros vienen reclamando.
Son muchas las enseñanzas del conflicto y las consecuencias del mismo. Aquí van algunos de los puntos más relevantes:
- El inmediato reflejo de la clase obrera ante el despido injusto de los obreros, lo cual habla de la disposición a la lucha y el espíritu de clase vigente en la contienda con su enemigo, la burguesía monopolista.
- La autoconvocatoria como acción que garantiza cualquier paso posterior. En suma, el poder independiente con el que cuenta la clase y que, desde hace años, es el arma eficiente para combatir a la burguesía.
- La unidad monolítica de la clase obrera ante los problemas reales frente a su enemigo de clase, escenario en el que no tienen lugar las divisiones y contradicciones que, a través de las idea burguesas, se meten en el proletariado.
- La tenacidad de obreros que, concientes de su papel clave en la producción, fueron capaces de plantarse por un reclamo justo logrando detener toda la producción arrinconando a la empresa que se vio obligada a tomar una medida extrema que no pudo sostener.
- La incapacidad de la empresa de poder sostener en el aire la escupida que rápidamente se le vino hacia el rostro debiendo tragársela dando marcha atrás no sólo con el despido sino abriendo, además, la negociación para la recategorización de los obreros.
- La ratificación de que en Acindar no se despide obreros. Piso que se instaló con las luchas de los obreros revolucionarios liderados por la histórica lista marrón y que sufrió un paréntesis en el período de marzo de 1975 hasta la caída de la última dictadura militar y durante los años noventa con la “reconversión” industrial de la planta, pero que se continúa hasta nuestros días.
Por último, a modo de reflexión, cabe agregar que este hecho marcará el futuro de la planta como parte de la lucha de clases entre la burguesía monopolista y el proletariado industrial en donde la empresa Acindar se apresta a una superproducción dada la demanda en las industrias autopartistas, la industria agraria, la de la construcción, la minera y la petrolera a quienes provee, para lo cual necesitará apretar las clavijas a un proletariado que no sólo está dispuesto a luchar sino que es capaz de ganar las batallas declaradas en un marco de acciones ofensivas de toda la clase obrera.