Por estos días la lucha por aumentos salariales se ha incrementado notablemente. Hoy los aceiteros clavaron un paro en reclamo de un básico de $7646 luego de realizarse varias asambleas en las fábricas principalmente en Rosario y Córdoba. Así será este febrero y así será este año.
Capitalismo Monopolista de Estado.
Imaginemos por un momento un escenario actualizado de cómo se mueve el Estado y sus preocupaciones reales que superan la ficción de los medios. (Oficiales y opositores)
Sentados en una misma mesa redonda y a escondidas del pueblo el verdadero poder se dispone a debatir el papel del Estado en cuanto al salario y temas ligados a él.
Están presentes los gerentes de los Bancos, los gerentes de las empresas industriales, de servicios, de comercio, Presidenta y algunos ministros, entre ellos por supuesto De Vido y el legislador Aníbal Fernández. “Los señores” gerentes presiden el debate y manifiestan sus inquietudes, los Mendiguren se preocupan por el malestar existente, alertan en esa “notable” mesa que el problema no es Moyano ni la CGT oficialista, allí hay diálogo, pero que la situación en las bases los desborda, aparecen los “señores” Ratazzi y dicen que un reclamo del 30% de aumento es una locura. Comienzan a debatir no sin asperezas y enfrentamientos en la “mesa de notables” los caminos a seguir ante tamaña afrenta del reclamo, que se produce generalizadamente por abajo, en las entrañas mismas de los puestos de trabajo.
Es una mesa en donde nadie se pone de acuerdo, “los señoritos Ingleses” pierden la compostura y cada uno puja por sus intereses que no son pocos. Mientras tanto la Presidente y sus ministros, algunos de ellos provenientes de las gerencias de esos monopolios de la mesa, otros futuros empleados de las mismas se vuelcan por los puntos de vista del sector de los monopolios que hoy por hoy domina la escena política. Nos referimos a los Bancos ligados a los negocios agroexportadores fundamentalmente o a los bancos con jugosas ganancias, multimillonarias provenientes de la industria automotriz y de todo lo que ella genera. La propia industria automotriz, la agro industria, etc.
La reunión del Estado debate lo que hay que debatir y cómo hacerlo, es decir el achatamiento del salario, pero en este período histórico lo tienen que hacer en un clima de protesta generalizada, de paros, de luchas y movilizaciones, es esa misma mesa de “señoritos” que se pelean porque no se ponen de acuerdo, como decíamos antes, de cómo implementar esas políticas sin provocar la reacción de la lucha.
Pero aparece un nuevo elemento que comienza a preocuparles, aunque aún no lo puedan expresar públicamente, es que en estos establecimientos comienzan a circular las ideas de la revolución, comienzan a entender que en la clase obrera industrial y asalariados en general no sólo ya se sabe a ciencia cierta qué es lo que no se quiere sino que a ello se le agrega un piso muy grande, ensanchado, de una búsqueda de algo que dignifique la vida de los trabajadores, una búsqueda que va por fuera de las instituciones que, en definitiva es esa mesa redonda toda rasgada por los embates de la realidad está representando.
Los “señores” se sienten preocupados y ocupados por la lucha y el cariz que toma con la metodología que el pueblo ha adoptado desde hace muchos años, la autoconvocatoria y la democracia directa.
Intencionadamente pusimos una mesa redonda en la reunión del Estado Monopólico, ya que las instituciones y, principalmente, el poder ejecutivo al mando de la Presidenta, recibe las órdenes que emanan de las multinacionales. Lógicamente le exigen que puertas afuera hable de lo que quiera, pero nunca de la esencia que es la ganancia que mueve el mundo de este sistema capitalista.
Cuando aparece la lucha, la movilización, la bronca la “mesa” del Estado pierde la calma y tras de ello pierde la cara de “pocker”, actúa como puede, condicionada por lo que está pasando por abajo, son mesas temerosas de lo que se viene y lo saben por la historia de nuestra clase obrera y de nuestro pueblo. Saben que con cada embestida que sufren, más se debilitan y menos iniciativas políticas de peso pueden materializar, mientras tanto la acumulación de fuerzas del pueblo sigue su rumbo al paso del enfrentamiento contra esa “mesa Institución” de los monopilos.