Uno de los tantos conflictos obreros que se desarrollan en nuestro país ha culminado con el logro de la totalidad de las demandas de los trabajadores.
El escenario fue la planta de acopio y procesamiento de tabaco de Massalín Particulares en la ciudad Rosario de Lerma, de 20 mil habitantes distante a 33 kilómetros al oeste de la capital salteña.
El conflicto se inició en rechazo a la oferta empresarial de 27% de aumento de sueldo escalonado durante el año contra la exigencia obrera de 30% de aumento sin desdoblamiento, en pocas palabras, sin vueltas.
A ello se sumaban el reclamo por el cumplimiento de las medidas de higiene y seguridad y por la falta de cumplimiento, por parte de la patronal, de los acuerdos con aquellos trabajadores que optaron por el retiro voluntario anticipado, y la no efectivización del pago de la obra social, ni los aportes jubilatorios, además del retiro de los cigarrillos que figuran como beneficio a todo el personal jubilado o retirado.
Cansados del chicaneo durante los últimos meses, los 450 trabajadores tomaron la planta no permitiendo su operación ni el acopio de tabaco.
Durante los 19 días que duró la toma se realizaron, con el apoyo de toda la comunidad, reiteradas y contundentes movilizaciones en la ciudad que incluyó al Canal 11 donde denunciaron la complicidad de los medios periodísticos con la empresa.
Durante el conflicto, las provocaciones y los intentos de desacreditar la lucha fueron muchos e incluyeron el intento, por parte de la empresa, de romper la huelga con un grupo de trabajadores cíclicos que fueron “convencidos y alineados” en la puerta de la empresa, con garrote en mano.
La justeza de los reclamos, la unidad y movilización, la firmeza y decisión de los obreros que puso a la ciudad al punto del estallido social, hizo retroceder a la empresa, sus políticos e instituciones y obligó a conceder todos los reclamos: 30% de aumento para la presente cosecha, parte retroactivo a enero y el resto en marzo, y ninguna sanción para los trabajadores en lucha.