En primer lugar debemos reafirmar la idea de que las fuerzas armadas en el sistema capitalista son una institución del Estado capitalista, son parte de la defensa armada de los intereses del Estado que en ésta época le pertenece a los monopolios.
En la actual situación de la lucha de clases en donde la clase obrera comienza a irrumpir en sus luchas por conquistas económicas y políticas y se dispone como la gran mayoría de nuestro pueblo a presentar batalla contra todo tipo de injusticias aparece este escollo creando una nueva crisis política.
Este gobierno, que es de los monopolios, que gobierna para ellos, necesita “ordenar la tropa”.
Los monopolios necesitan producir, obtener ganancias extremas con la explotación de nuestra clase obrera y la opresión a todo el pueblo, pero en la vida real, la de todos los días, la ola de paros, de cortes de ruta, de protestas en los cuatro puntos cardinales del país les va creando una crisis de dominación y aquí comienza actuar otro aspecto clasista de la época histórica, intentar cada vez más con el engaño e intentar introducir el “garrote” a una población muy sensibilizada contra la institución represiva Madre que son las fuerzas armadas.
El nombramiento de Milani ha provocado el efecto contrario a lo querido por el gobierno de los monopolios, no han leído la realidad que se vive cotidianamente, la lucha de clases los lleva necesariamente al error y como no podía ser de otra forma este nombramiento que quiso disfrazar a la “mona de seda” provocó una oleada de protestas que no tendrá fin y que agrietó aún más las aguas de la clase dominante.
Este gobierno mostró su “as de espadas a todo el pueblo” y descubrió que tenía un cuatro de copas.
El debate y exigencia de los monopolios es encontrar respuestas políticas y militares a, por ejemplo, el corte de Panamericana por obreros autopartistas proveedores de automotrices, la joya del “modelo”. La crisis política en que están envueltos los aleja de encontrar respuestas políticas y militares y, por el contrario, siguen azuzando la indignación popular debilitándolos permanentemente. Milani nace como jefe del estado mayor extremadamente debilitado políticamente y condicionado en todo su accionar en la preparación represiva y en defensa de los intereses monopólicos. La movilización en su contra no cederá y se pondrá en caja todo intento de intervención “populista” de la institución represiva garantía del sistema capitalista.