Por más que Randazzo y el gobierno insistan en aplicar sus metodologías fascistas en los trenes poniendo las cámaras en las cabinas de los maquinistas, para justificar lo injustificable, que es el estado deplorable de los trenes y justificar los millonarios subsidios que reciben las empresas del transporte, la realidad sigue mostrando sin hacer falta, en este caso, algún tipo de cámaras, que la esencia del capitalismo tiene como meta fundamental la ganancia de los monopolios, sin importar el bienestar ni la vida de los seres humanos.
En el día de ayer el tren Sarmiento volvió a descarrilar en las inmediaciones de la estación Once a las 8hs de la mañana. Por suerte esta vez no hubo víctimas, ya que el tren iba a lenta velocidad porque estaba llegando a destino. Nuevamente es noticia el mal funcionamiento de los trenes, luego de que el ministro Randazzo haya estado hablando por todos los medios que el gran problema de los servicios de transporte son los trabajadores.
Resulta que ahora nos quieren vender que con las cámaras se resuelven todos los problemas de funcionamiento de los trenes, mientras que con esas cámaras sólo dejan en evidencia la esencia del capitalismo, donde el transporte deja de ser un servicio y pasa a ser un negocio, ya que se le carga toda la responsabilidad a un solo trabajador que tiene que conducir en soledad un tren que carga miles de pasajeros en condiciones deplorables. Estas metodologías de trabajo, que son hijas de las leyes de flexibilización laboral que se fueron incrementando a lo largo del tiempo, donde cada vez le imponen mas responsabilidades a los trabajadores con menores sueldos, con el objetivo de maximizar las ganancias de las empresas monopólicas, expresan fielmente la crueldad capitalista. Mientras que por un lado se desarrollan altas tecnologías para la producción capitalista o para armamentos para la guerra, en nuestro país el transporte de pasajeros que traslada a millones de trabajadores todos los días, no sólo no cuenta con nada de nueva tecnología, para evitar accidentes, si no que cada vez los trenes están peor y lo que es más grave aún, se sigue reduciendo personal.