La realidad sólo se transformará con un proyecto real

El “robo” a la casa del candidato Sergio Massa y toda la alharaca posterior entre acusaciones cruzadas, dichos y entredichos, conferencias de prensa de uno y otro lado, son un digno cierre de campaña para las elecciones del próximo domingo.

Después de sufrir las propagandas más inverosímiles y ridículas de las que tengamos memoria, para “dar a conocer” las propuestas en disputa, asistimos a una vergonzosa operación política (no importa de qué lado haya sido producida) en la que se utiliza un robo para ganar un voto más o para hacer perder un voto; acorde con la ausencia total propuestas demostrada durante la insoportable campaña electoral.

Mientras esta campaña sucedía, Chevron se quedó con un negocio multimillonario; las mineras siguieron robándose nuestros minerales envenenando nuestro suelo y nuestra gente; los gigantes de los agronegocios como Cargill, Bunge, Dreyfuss, Monsanto, avanzaron cada vez más con la siembra de agrotóxicos y la apropiación de tierras; nuestros hermanos Qom sufrieron la pérdida de otro integrante de su comunidad en el Chaco; la inflación siguió al galope triturando nuestros salarios; la inseguridad se siguió cobrando víctimas; nuestros jubilados que cobran la mínima (más del 70%  de los pasivos) pasaron de cobrar $ 2.165 a miserables $ 2.476,98; el salario de los trabajadores siguió tributando “ganancias”; más de 7 millones de trabajadores ganan un promedio de $ 3.500 mensuales. Ayer mismo ocurrió la tragedia de Rosario (https://prtarg.com.ar/2013/08/06/rosario-una-tragedia-evitable-que-muestra-la-verdadera-cara-del-estado/) la que, nuevamente, deja al descubierto en qué manos se encuentran nuestras vidas las que para el Estado, las empresas, los políticos, valen menos que un buen negocio.

Estas y muchas otras cosas importantes verdaderamente ocurrieron mientras la campaña electoral se parecía, nunca mejor dicho, a un circo; con todo el respeto que nos merecen los circos verdaderos.

La unidad política para luchar por una revolución en nuestro país es la auténtica respuesta política a levantar por los hombres y mujeres dispuestos a un cambio verdadero, para cambiar de fondo las razones de tanta injusticia y oprobio.

La necesidad de una alternativa revolucionaria adquiere una envergadura cada vez más grande y más urgente. Debemos profundizar los esfuerzos y la concreción de una unidad política que no solamente condene esta democracia trucha sino que presente una opción revolucionaria genuina a millones de argentinos asqueados y convencidos de que ese camino que propone el poder burgués es un camino sin salida.

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