El pasado jueves, cientos de empleados judiciales mantuvieron tomado el palacio de justicia de Córdoba, en rechazo al intento del Tribunal Superior de Justicia de descuentos del 50% en los salarios por el trabajo a código que los trabajadores judiciales mantienen desde hace ya un tiempo. La toma concluyó con la marcha atrás del tribunal y la confirmación de un paro por 24 horas por parte de los trabajadores que plantean que no aceptarán ningún ataque a la libertad sindical.
En esta oportunidad quisiéramos destacar dos aspectos de los momentos que atraviesa la lucha de clases en nuestro país y que se reflejan en esta lucha. En primer lugar la imposibilidad de la burguesía de aplacar las luchas por más amenazas o persecuciones que hagan, tienen que retroceder en cada intento cuando se enfrentan a la fuerza de las masas unidas, una fuerza incontenible para la debilidad política que atraviesan los monopolios y sus instituciones.
En segundo lugar lo que queríamos destacar es justamente la masividad que está impresa en cada conflicto que llevan adelante los trabajadores y cómo llevan en sí un gran espíritu de unidad, organización y fuerza que les da la decisión de la mayoría. Estos hechos expresan una formidable síntesis política colectiva cuando las masas que se constituyen en verdaderas manifestaciones del doble poder que transitamos por estos días. Este es el gran problema que atraviesa la oligarquía financiera y para el que echa manos a todas sus herramientas, desde la farsa del circo electoral hasta las cientos de acusaciones y difamaciones a las masas populares, que a cada paso van unificando todas las luchas en el camino de la alternativa política para nuestro pueblo.