Hay una sensación que así no se puede vivir más

La existencia de una brecha cada vez mayor entre los intereses de la clase dominante y su Estado por un lado y por el otro las aspiraciones e intereses de la mayoría del pueblo,  provoca una situación que va empujando hacia un nuevo cuello de botella en el enfrentamiento clasista.

El Estado de los monopolios da un paso y lo hace  en la mayoría de los casos en medio de fuertes presiones populares. Ese paso es vacilante, débil, condicionado, debe maquillarlo o retrocede y vuelve a atacar.

Del lado de la clase obrera y el pueblo la dignidad es la que resulta más afectada. Esto se traduce en lo económico fundamentalmente, pero el abanico de problemas sociales y políticos trasciende el tema salarial e inflacionario.

Hay una sensación que así no se puede vivir.

Nos hablan de la Democracia, del Parlamento, de los votos, de cuidar las Instituciones del Estado.

Lo que no dicen que esas instituciones tienen dueño y son los Monopolios.

De nuestro lado…

no pretendemos “profundizar la democracia”, esta democracia, reiteramos, es de las minorías explotadoras y opresoras.

No respetamos el parlamentarismo como no lo respeta ningún buen hijo de vecino. Sabemos que Diputados y Senadores legislan para los monopolios y contra el pueblo. Las elecciones que se producen cada dos años, son actos electorales en donde el pueblo pone el voto para optar por los políticos que siendo mandaderos de los monopolios nos castigan de una u otra manera por el solo hecho de haberlos votado.

Sin embargo comienza a consolidarse una salida revolucionaria, una alternativa a la “democracia” burguesa que se corresponde con el sistema Capitalista, estamos hablando de la Democracia Directa, metodología que se viene desarrollando a lo largo de varios años y de diferentes formas por parte de la clase obrera y el pueblo en todo el territorio nacional.

¿A qué nos referimos?

 A que en cada conquista económica o política, en cada enfrentamiento al poder burgués, desde lo más profundo del pueblo se debate en asamblea popular los caminos de lucha a seguir. Ya no son aisladas esas manifestaciones y esas metodologías, son formas revolucionarias que someten y subordinan cualquier oportunismo electoralista y oportunista que aparece.

Hay un estado asambleario que desde muy abajo está condicionando a la democracia burguesa, o sea la democracia para unos pocos.

Esa metodología encuadrada en la Democracia Directa está dando por resultado infinitas organizaciones autoconvocadas, revolucionarias que son producto de la lucha.

Organizaciones  que enraizadas en las fábricas, en las universidades, en los barrios y allí en donde se encuentre pueblo sufriente, conforman algo así como fuerzas confiables del pueblo ya que están pegadas a la lucha, se las conoce porque son parte de toda movida por justicia y dignidad. Ese gran abanico abierto, de masas que luchan contra el Sistema, son el embrión de las nuevas Instituciones de un nuevo Estado y son las que se corresponden con la Democracia Directa  en vistas de un proceso revolucionario ya iniciado.

El poder del Estado burgués nos habla de profundizar su “Democracia”,  repodrida por donde se la mire, nos la impone como única alternativa de vida política, y quien la ataque está contra los intereses del pueblo o es “Destituyente”

Pues bien, una revolución social se está  ya apoyando en la experiencia cotidiana de nuestro pueblo de Democracia Directa  y la revolución recorrerá y profundizará ese camino abierto por nuestro pueblo. Los revolucionarios sabremos respetar a rajatabla esa Democracia Directa y todas las Instituciones que se van y vayan creando, ellas ya son parte del proyecto revolucionario que coexiste en este sistema capitalista pero se irán transformando en una fuerza que primero dispute el poder y luego se consolide como fuerza gobernante de un Estado Revolucionario.

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