Por estos meses se vienen desarrollando en Rumania movilizaciones históricas, nunca antes vistas en la «era» pos caída de la URSS.
Comenzaron a darse en el marco de una protesta con origen ecológico.
La empresa canadiense de mega minería «Gabriel Resourse», en complicidad con el estado rumano, pretenden explotar Rosia Montana, una región ubicada en las montañas «Apuseni». Dicha explotación se llevaría a cabo en cuatro montañas, en la forma «cielo abierto», lo cual además implicaría el desplazamiento de dos mil personas de sus lugares de origen, arruinando también las galerías mineras históricas de la época romana.
Las protestas se comenzaron a suceder y a desarrollar después de que el gobierno pro monopólico del presidente Traian Basescu el 27 de agosto diera a conocer la aprobación del borrador de un proyecto de ley que le otorgaría facultades extraordinarias a «Rosia Montana Gold Corporation» controlado por la mega minera canadiense, donde el estado participaría en un 20%.
Este malestar que en principio se originó como ecológico ambiental, rápidamente fue desarrollándose a lo largo y ancho de toda Rumania, logrando una verdadera profundidad en el plano de la lucha del pueblo a favor de sus derechos y contra la oligarquía financiera, representada por el gobierno y la corporación minera.
En dicho movimiento confluyen estudiantes, la clase obrera, ecologistas y un sin número de organizaciones, en la cual cuestionan, no solo la situación ambiental, sino la forma de democracia de la cual no se sienten parte. Critican fervientemente también, que el estado no vela por los derechos del pueblo, eligiendo defender los intereses corporativos.
Este proyecto no considera la legislación rumana, dando así un claro pincelazo de lo que significa el estado para la burguesía: del cual el pueblo debe tomar sus leyes como principios naturales, mientras que para ella, solo es un juguete sirviente, que le brinda servicios, beneficios para aumentar sus arcas y herramientas para someter a los pueblos.
«Gold Corporation» tiene planeado extraer 3.000 toneladas de oro y 1.600 de plata en tan solo 17 años. Para ello implementaría 12.000 toneladas de cianuro por año, esto arrojaría 13 millones de toneladas de residuos anuales.
En la memoria del pueblo rumano está presente lo ocurrido en la mina de oro “Baria Mare”, una catástrofe sin precedentes en todo el continente europeo. Recientemente, a través de la lucha y organización popular, han logrado frenar al estado y a «Chevrón» en la pretensión de implementar un yacimiento gasífero con la técnica del «fracking».
Lo cierto es que este otoño tiene sus antecedentes inmediatos en el invierno de 2012, donde las masas echaron al primer ministro del presidente Basescu, envuelto en varios casos de corrupción. Ello llevó a la realización de elecciones donde participaron solo el 45% del electorado, este dato nos indica, que la legalidad la impone el pueblo movilizado en las calles y en la lucha.
El gobierno, con la complicidad de los medios de información, intentó suavizar la protesta anti minera, ocultando lo que estaba sucediendo en las calles rumanas, maquillando y tergiversando absolutamente todo. La situación les reventó en la cara por la lucha decidida y sostenida del pueblo ¡el «otoño rumano» es claramente anti capitalista! Un verdadero ejemplo para los pueblos del mundo.
Para salir de este entuerto, el gobierno frenó el proyecto de ley, esperando el momento para volver a lanzarlo. Este retroceso momentáneo, es la punta del iceberg de los dolores de cabeza que asoman en Europa del Este.
Mientras, en las calles de Rumania, se suceden un florecer de asambleas, horizontalidad en las decisiones, organización y lucha permanente, cuestionando, a estas alturas, la estructura completa del sistema capitalista.
Al parecer en todo el mundo, las clases populares hablan el mismo idioma: el de la lucha contra el capitalismo, que ha aparecido en el planeta para regarlo de miseria. Los pueblos del mundo cobramos nuevos impulsos y nos volvimos a echar a andar, los que giramos las ruedas de la historia decimos presente otra vez, y defenderemos con nuestras vidas las batallas por la dignidad.