La lucha contra el ajuste, también al pié de la máquina

Resulta que, al igual que todos los años llegando al final del mismo, las empresas monopólicas le transmiten a sus empleados un panorama pesimista respecto del mercado mundial, las ventas, las perspectivas a futuro, etc., etc. Discurso que no hace pié por el simple hecho que por nuestras manos han pasado millones cosa que no pueden esconder por más que nos lloren la carta. A esto hay que sumarle un agravante estos últimos tiempos que son los despidos, o intento de los mismos, obviamente con la complicidad de los sindicatos, como una expresión más de las instituciones represivas con el claro y manifiesto objetivo de golpear e intentar desmembrar la organización de los trabajadores que se va gestando por abajo.

En lo que va de la última década y más atrás también, camadas de obreros jóvenes estamos aprendiendo en la lucha de todos los días, a organizarnos de las mil formas distintas con nuestros compañeros. De la boca para afuera la burguesía pregona la democracia, ahora dentro de los centros industriales esto es una mera fantasía, se vive la peor de las dictaduras para poder explotarnos y engrosar sus bolsillos. Esto hace de la organización para la lucha una necesidad indispensable, una cuestión de todos los días.

El despido, el temor, la mentira, el engaño, son intentos de la oligarquía financiera de golpear en el centro de las organizaciones con características mencionadas en el párrafo anterior, con el objetivo de poder amansar a la clase obrera y avanzar en el ajuste que deben implementar, que están obligados a llevar adelante pero no pueden con la facilidad que desean. Esa es su profunda debilidad, que saben que sus iniciativas en ese camino generan más lucha, más movilización y organización para llevar adelante nuestras conquistas. Que la clase obrera tiene explícito ya el germen de la rebeldía, de la lucha de todos los días… es algo que los tiene a mal traer.

No dejarles pasar el ajuste al pié de la máquina significa eso, NO DEJARSELOS PASAR. Enfrentar cualquier iniciativa que signifique un retroceso en nuestras conquistas y pararnos desde ahí para ir por más. Un ejemplo puede ser el intento de “reorganizar los puestos de las líneas”, traducido al castellano: igual o más producción con menos manos, NO DEJARSELOS PASAR. Otro, el intento de apercibir o suspender en caso de no cumplir con tal cual tarea o procedimiento, NO DEJARSELOS PASAR. El despido en cualquier circunstancia, NO DEJARSELOS PASAR. Y así las una y mil maneras que ya se están llevando adelante ahí en donde a ellos más les duele. Ésta es la expresión máxima de su debilidad, lo que hace más a la responsabilidad de los revolucionarios a profundizar en la masividad de las organizaciones fabriles, inter-fabriles y con los barrios aledaños a los centros industriales para no dejarlos tomar la iniciativa, para avanzar en la disputa de ese poder.

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