Como venimos sosteniendo en esta página en sucesivas notas sobre la caracterización de la situación política en nuestro país, respecto de la profunda crisis política y de gobernabilidad que tiene la burguesía, a la hora de llevar adelante los planes trazados entre la oligarquía financiera y el gobierno de los monopolios, una nueva vuelta de rosca se da, en el marco de la conflictividad en la clase obrera y el pueblo frente a los intentos de ajustes en los salarios y los bolsillos de la población.
Mientras que el gobierno pone toda su energía en llevar adelante las medidas de achicamiento de los salarios, a través de los altos niveles de inflación y el incremento en todos los impuestos a la población, encuentra a la vez una situación creciente de conflictividad frente a las pésimas condiciones de trabajo y los bajos salarios, dentro de las fábricas y en los sectores de servicio como también en el ámbito estatal.
Por lo tanto, la lucha de clases en estos momentos, es el elemento político que viene a pudrirle el estofado a la oligarquía financiera. Porque así como el reciente triunfo de los trabajadores docentes en el sur del país, que lograron torcerle el brazo al gobierno de los monopolios, tras 78 días de paro y con una permanente movilización del pueblo y los trabajadores petroleros que los apoyaban, conquistando un aumento que va desde el 55% con ascensos pactados para los siguientes meses. O como el paro de 24 hs desatado en el día de ayer, en la gigantesca Aluar de Puerto Madryn, tras el intento de la empresa de reducir un adicional del salario que perciben los trabajadores del sector de semielaborados, son dos claros ejemplos que grafican el estado de ánimo de los trabajadores en todos los rincones del país y que se contraponen directamente con los planes de ajuste de la burguesía.
En este mismo marco, comienzan a crujir las contradicciones entre las clases como también comienzan a tensarse las fuerzas. Ya que la burguesía en su intento de tomar iniciativas frente al apabullamiento de las luchas de la clase obrera y el pueblo, por cientos de reivindicaciones, ha intensificado sus políticas de persecución a los trabajadores que luchan y a las organizaciones obreras de las fábricas, a través de despidos, suspensiones y hasta el enjuiciamiento con causas penales a delegados y referentes obreros, con la aplicación de la ley terrorista y la complicidad de las estructuras sindicales y las instituciones del Estado, como los ministerios de trabajo y el poder judicial.
Así se presenta esta nueva situación, donde la ambición de los monopolios y, por ende, la naturaleza misma del capitalismo, no llevan a otro lugar, más que al de intensificar los niveles de enfrentamiento entre las insalvables contradicciones de clase contra clase.
Para lo cual, desde el movimiento de masas, necesitamos seguir profundizando todos los niveles de unidad entra la clase obrera y el pueblo. En el camino de las experiencias ya alcanzadas de unidad como la de los trabajadores y el pueblo de Comodoro Rivadavia, es necesario intensificar la unidad entre los obreros y el pueblo por zonas, como así también en los parques industriales y en los cordones de concentraciones fabriles, para enfrentar las políticas de ajuste y de empobrecimiento de la clase obrera y el pueblo.