Desde hace más de dos semanas, la población de Caleta Olivia no cuenta con un recurso vital para la supervivencia como es el agua. Por tal motivo, los pobladores de esta ciudad situada al norte de la provincia de Santa Cruz, realizan un corte de ruta en reclamo de la regularización del servicio; a la vez que denuncian la construcción de un acueducto que proviene del Lago Musters en Chubut, que fue construido hace 15 años por la sociedad Kirchner-De Vido y aseguran que se hizo con tuberías usadas remanentes de las producción petrolífera.
Una multitudinaria asamblea de vecinos se reunió el mediodía del jueves para analizar los pasos a seguir y pidió «al Concejo Deliberante iniciar un juicio político y destitución» del intendente kirchnerista José Manuel Córdoba por las responsabilidades ante la faltante de agua. A su vez, la gente volvió a movilizarse en el centro de la ciudad pidiendo la normalización del abastecimiento de agua. La empresa provincial Servicios Públicos dio a conocer un cronograma de abastecimiento y estimó que en «3 o 4 días se normalizará la situación«. Mientras tanto, a los vecinos les sugirieron que obtengan agua en las sedes de las distintas Uniones Vecinales.
Sin embargo, existe otro problema: la mayoría de los presidentes de las uniones vecinales son empleados del municipio y, como no podía ser de otra manera, están con asueto por la crisis sanitaria.
Un problema más del pueblo sin solución mientras que debemos agregar un agravante muy serio a esta situación que es que en estas regiones se encuentran las actividades petrolíferas más ricas, llevadas adelante como empresas como Panamerican Energy, quienes desde hace años llevan a cabo un sistema de extracción secundaria que consiste en la inyección de millones de litros de agua potable a los pozos remanidos, para desprender de los mismos los restos de combustible fósil que allí persisten, y que por supuesto, este problema de falta de agua a ellos no les afectó a ellos.
Mientras, a la luz están las pruebas que demuestran que los gobiernos son funcionales y responden a los requerimientos de los monopolios y no existe un ápice de intención o voluntad propia de resolver los problemas de esta ciudad, solo el pueblo movilizado es el que da una nueva esperanza de cambio y solución y es una constante que se viene dando muy seguido ya que lo vivimos recientemente con las inundaciones en Tolosa o con la crisis de energía eléctrica que aún mantiene sin luz a gran parte de la ciudad de Buenos Aires. La burguesía no entiende otra cosa y el pueblo ya se cansó de esta forma de dominación de mentira y atropello que atenta contra la calidad humana y contra la vida misma, solo la movilización y la organización de la clase obrera y el pueblo para la disputa del poder, es la única posibilidad para que se resuelvan los problemas humanitarios.