Durante estos últimos meses, producto de la abrupta devaluación del peso en relación con el dólar y la enorme inflación tras los incrementos en los precios, una enorme masa de la población Argentina ha profundizado su situación de pobreza. Mientras que los precios han ido aumentando sin parar, el salario promedio de los argentinos, siguen manteniéndose en el mismo lugar, evidenciando así que el objetivo de la medida era la devaluación del valor de la mano de obra (salario).
Entre los sectores más golpeados de la población trabajadora, están quienes dependen del sueldo del Estado, como es el caso de los docentes y los trabajadores estatales, donde los sueldos han quedado muy por debajo de lo que una familia necesita hoy para vivir. Aunque cabe aclarar que, sin embargo, el Estado cedió frente al reclamo salarial de las fuerzas represivas, un fuerte incremento salarial, a fines del año pasado, llevando el sueldo inicial de la policía a 8.500 pesos de bolsillo.
En los próximos días, en el marco del inicio escolar, ya son inminentes los paros y las movilizaciones de los maestros en todo el país. Y como para echarle leña al fuego, al gobierno, no se le ocurrió mejor idea que anunciar, un decreto salarial de un 23% en cuotas que se terminarían de pagar en el mes de diciembre.
¿Pero en qué marco político se da este conflicto?
El estado deliberativo en todas las escuelas y en la comunidad educativa es total. El bajo salario, el encarecimiento del costo de vida, el cuestionamiento a las políticas de gobierno y a las cúpulas sindicales, son temas permanentes en las conversaciones cotidianas. Pero a su vez, la situación en el país se presenta frente a un alza de conflictos por salarios, contra despidos, por el agua y la tierra en las barriadas, contra la contaminación, por trabajo y mejores condiciones de vida, etc. Toma de tierras, toma de fábricas, toma de calles y rutas, es decir, el marco político en donde se presenta una vez más el conflicto de los docentes, es en medio de una situación donde la clase obrera y el pueblo en todo el país, van tomando en sus propias manos la resolución de los problemas, profundizando a su vez los niveles de enfrentamiento con las políticas del gobierno de los monopolios.
En este sentido, hay que destacar que un factor determinante que se viene presentando en todos los conflictos, cada vez con mayor fuerza, es la necesidad de elevar los niveles de UNIDAD en todos los terrenos, contra las políticas que aplica la oligarquía financiera a través de sus gobiernos de turno como el actual de Cristina Kirchner y que afectan a la gran mayoría de la población.
La clase obrera y el pueblo van comprendiendo en el camino de la lucha que se hace indispensable golpear como un solo puño, para que el golpe sea cada vez más efectivo. Por lo tanto es necesario que profundicemos este aspecto político, que ya se ha echado a andar en vastas experiencias de lucha a lo largo y ancho del país. La unidad de los docentes, con los estatales y el resto de la comunidad educativa, debe ser una aspiración inmediata para este inminente conflicto que se avecina.