¿Hacia dónde vamos?

El rechazo a las políticas del gobierno de los monopolios  por parte del pueblo es manifiesto.

¿Se puede vivir permanentemente en un golpe por golpe entre la iniciativa del poder y la iniciativa popular?

La vida va mostrando que se puede, por un lado ellos, la oligarquía financiera, haciendo sus negocios basados en la explotación y opresión del pueblo quisieran gobernar en la paz de los cementerios y no pueden. Cada día que pasa sus crisis políticas los muestra tal cual son. No basta ya la mentira y el engaño como forma de dominación, se ven obligados a apelar a la violencia expresa del Estado burgués. Del lado de la clase obrera y el pueblo el enfrentamiento y la organización en todos los planos se incrementa, su accionar profundiza la crisis burguesa, debilita toda iniciativa del poder pero aún la correlación de fuerzas políticas en función de los cambios revolucionarios es débil.

Hay mucho por hacer de este lado de la barricada, pero hay que persistir una y otra vez en la idea de ir construyendo las organizaciones políticas revolucionarias capaces de asociar las masivas luchas de nuestro pueblo con una salida política revolucionaria afirmando el poder popular. En la medida que miles de organizaciones que objetivamente han nacido de la lucha, de las reivindicaciones más sentidas políticas y económicas contra el enemigo común la oligarquía financiera vayamos encontrando los puntos de unidad necesarios como se está haciendo para enfrentar el poder, esa correlación de fuerzas se irá volcando a favor de la revolución.

El gobierno de los monopolios y la oposición dentro del sistema irán deambulando  como hasta ahora, en lo eminentemente político no le encontrarán salida a su crisis  estructural, eso será así, del lado de la clase obrera y el pueblo todo este enfrentamiento que se irá incrementando los seguirá debilitando, los seguirá alejándose más y más del pueblo, pero ello no es suficiente, el golpe por golpe será ascendente en todos los planos pero en donde le tenemos que sacar ventaja es en el plano de la alternativa política revolucionaria que potencie todas las luchas hacia un objetivo común que es la lucha por el poder.

Sabemos por experiencia propia que nada es fácil pero la masificación del enfrentamiento, la lucha bien pegada a las mayorías explotadas y oprimidas allí en donde se trabaja, se vive, se estudia permitirá que aferrados al terreno le hagamos una hoguera nacional.  El poder intentará sacarnos de nuestras trincheras con sus destacamentos metidos en el pueblo cuya punta de lanza es el parlamentarismo y el reformismo. La revolución que se está desarrollando se centraliza políticamente en la construcción de una alternativa política nacida desde esas trincheras con las metodologías profundamente democráticas de la autoconvocatoria y de la acción directa.

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