La clase obrera industrial continúa introduciendo metodologías revolucionarias en la lucha.
La asamblea permanente y el estado deliberativo están dando paso al paro, a la toma de establecimientos, a la autodefensa a la solidaridad, a la unidad entre pares y población. Es un proceso que aunque está en un nivel embrionario viene de muchos años de insistencia, de épocas en donde aún el aislamiento estaba totalmente establecido. Hoy por hoy ese paso de acercamiento se ha dado y no tiene retroceso y en ese camino de ampliarlo y generalizarlo los revolucionarios tenemos tareas impostergables.
Cuando la lucha se da en estos términos la conciencia de clase comienza a pesar fuertemente, ¿Qué queremos decir con esto de conciencia de clase? Que la clase obrera actúa ya no solo como obrero de tal o cual establecimiento sino que comienza a caminar con la idea que su fuerza es varias veces superior al sentirse actuar como un gran movimiento que actúa aquí y allá previendo la necesaria unidad de acción por conquistas políticas y económicas. Comienza a sentirse como CLASE.
Decíamos que en este contexto en el cual los revolucionarios hemos trabajado durante años se desprenden tareas inmediatas. ¿Cuáles son ellas?
Unas son políticas, otras de carácter ideológico y desde ya tareas organizativas.
1) En lo político la clase obrera debe saber que sin una alternativa política que se proponga el poder, la lucha en sí misma no será suficiente para aliviar el dolor que produce la explotación y opresión que tenemos encima. Los revolucionarios tenemos que hacer conocer que en las jornadas de días anteriores en la provincia del Chaco la revolución ha dado un paso importante en el nacimiento de una alternativa política que lucha por el poder. Es necesario que la clase obrera industrial y todo el pueblo sepan de ésta gesta y comience a identificarse como clase para involucrarse decididamente en la complejidad que significa la unidad política.
El Llamamiento 17 de Agosto tiene que caminar por todos los rincones porque en él están expresados los intereses de la clase a la que hacíamos referencia y de todo el pueblo.
2) En lo ideológico, y como se está haciendo, multiplicar los esfuerzos por introducir las ideas revolucionarias en la clase obrera y en otros sectores de la sociedad aliados estratégicos del proletariado. No hay revolución sin esa unidad, de allí que los revolucionarios no deberemos permitir ningún tipo de sectarismo que obstaculice lo estratégico, para ello las políticas revolucionarias tienen que nadar como pez en el agua en todo el pueblo.
3) En lo organizativo los revolucionarios contamos con una clase obrera organizada para producir que le pone su impronta en una sociedad industrial de más de un siglo. Hay experiencia de organización propia de la clase que se está aplicando en la lucha como guante en una mano, sin embargo el momento actual exige de elevar la organización permanentemente al plano político de la lucha por el poder. Los destacamentos proletarios tanto dentro como fuera de la clase obrera deben tener en la mira de lo organizativo las metodologías autoconvocadas, las asambleas, la acción directa, capaces de avanzar en un camino más directo y constante del poder popular.
El Estado Revolucionario por el cual estamos luchando implica que el pueblo gobierna ejerciendo el poder a través de la democracia directa (con las formas que ésta vaya adoptando) y no como hoy, a través de sus “representantes». Este concepto debe guiar siempre la premisa organizativa que los revolucionarios impulsamos.