Como viene sucediendo en diversos lugares del país, la «respuesta» que el gobierno de los monopolios «encuentra» hoy frente a las diferentes protestas populares es la represión. Esta vez ha ocurrido en la provincia de Misiones (gobernada por el kirchnerista Maurice Clos), en donde fueron brutalmente agredidos trabajadores estatales y docentes, que adherían al paro nacional dispuesto por la CTA-CTERA, y se encontraban manifestando en el puente sobre el arroyo Garupá, ubicado en la ruta nacional 12, a 18 kilómetros al Norte de Posadas. Más de dos mil personas se reunieron en reclamo al Gobierno por mejoras salariales, ya que el acuerdo que cerró el gobierno con los gremios amigos otorgaba un 30% en tres tramos que, anualizados, suponen un aumento del 16% para todo 2014. Pero la protesta fue interrumpida por policías provinciales con apoyo de efectivos de Gendarmería, Infantería y el Grupo de Operaciones Especiales, con balas de goma, gases lacrimógenos, montados a caballo, portando palos, con perros rastreadores y camiones hidrantes; que respondieron a la «democrática» orden de una jueza. Esta acción dejó como saldo 27 detenidos y varios heridos y hospitalizados, que están siendo atendidos en el Hospital Ramón Madariaga; otras personas concurrieron por sus propios medios a clínicas y sanatorios de esa capital. Luego del discurso presidencial del sábado pasado, en el que Cristina Fernández «condenó» los piquetes y los cortes de calle, esta es la respuesta de obediencia a ese mandato represivo, lo que ya no deja lugar a ningún discurso escenográfico sobre «derechos humanos» ni «nacional y popular», mostrando sin tapujos la verdadera cara del gobierno de los monopolios. A la situación salarial se le suma la pésima situación de los establecimientos educativos. Un manifestante señalaba: «esto es una cuestión de pura y estricta justicia, nosotros nos preguntamos por qué no se ocupan de nuestros derechos humanos, de los niños que necesitan. No pedimos nada extraordinario, pedimos escuelas dignas, pedimos baños, pedimos cocinas, se sabe que se reciben centavos por niño para dar de comer y eso es una vergüenza». Lejos de amedrentar la protesta, las fuerzas y organizaciones movilizadas redoblaron la apuesta. «Vamos a movilizar nuevamente hoy hasta que se libere a los detenidos y mañana a las 9 realizaremos una asamblea en esta plaza, para decidir cómo continúa el paro y las movilizaciones», señala uno de los trabajadores participantes. Los trabajadores y el pueblo ya sabemos quién es quién en esta situación. Nuestras luchas han hecho caer todos los velos que trataban de esconder al enemigo de clase y los oportunistas de siempre: basta de atropellos a los trabajadores y el pueblo.