La toma de fábrica: cuestionamiento a la propiedad privada de los medios de producción y al derecho burgués

–“Estamos con la competitividad al límite y a veces nos paran la fábricados horas para hacer una asamblea informativa. O lo que está sucediendocon Valeo. Es necesario que los gremios hagan cumplir los acuerdosporque de lo contrario no existen las reglas de juego. No existen lasparitarias por empresa, todos debemos ajustarnos al convenio colectivode trabajo” (Isabel Martínez, secretaria de la Cámara de Industriales Metalúrgicos deCórdoba).

El poder local y el doble poder se ejercen desde la lucha. Eso es lo que se está planteando desde la clase obrera y el pueblo.

Estamos transitando un momento distinto en la lucha de clases, un momento en donde se van entreverando simultáneamente infinitos factores que hasta ahora, y por esas mismas razones, infinitas no aparecían en la escena mayor del enfrentamiento de clases.

Aparece con mucha nitidez el paro, la huelga y la toma de fábrica. No se trata ya de luchas abiertas para “ver” si se gana o se pierde, se trata ya de ir a la lucha a secas y a ganar.

La preparación de esos enfrentamientos proletarios tiene una carga de espontaneidad pero no es lo dominante. En donde aparece el conflicto en este peldaño es porque ya se han dado mil batallas, se foguearon fuerzas en enfrentamientos menores, se ejercieron ya metodologías democráticas directas en cada sector productivo y las asambleas por sector y por establecimiento son la dirección del conflicto. Allí se dirimen las disputas en donde la masividad aplasta todo intento de freno a la lucha ejercido por las representaciones gremiales empresariales.

La clase obrera comienza a ejercer el poder dual cuando, en los hechos, toda la burguesía está debatiendo las políticas a seguir como se está dando hoy en la provincia de Córdoba.

Por un lado decide el poder dominante y por el otro decide el poder obrero y popular.

Todo está en juego, todo está en movimiento, pero el temor a que la clase obrera siga desplegando la unidad en la lucha con metodologías revolucionarias, contagiando a sus pares como lo es por estas horas, nos hace pensar que se están introduciendo nuevos problemas para el proceso revolucionario abierto en nuestra patria.

El desarrollo del poder local es fundamental, van a intentar sacar a la clase obrera de esa disputa de una dualidad que se está dando en los hechos. En la provincia de Córdoba se ha expresado la toma de fábrica, 19 días y un triunfo fundamental, necesario en el proceso revolucionario.

Esta metodología no ha nacido de un día para otro, no es que nacionalmente fue una única expresión, por estas horas y, sin ir más lejos, en la provincia de Jujuy se cumplen 50 días de la toma de la fábrica Electroquímica El Carmen en donde los trabajadores, el día lunes decidieron además hacer corte de ruta y fueron reprimidos por una fuerza policial de más de 500 hombres.

Lo cierto es que fueron muchos intentos, muchas experiencias y de ellas el proletariado fue experimentando y fogueando en lo que podríamos decir escaramusas, enfrentamientos menores. Pero el paso que se ha dado es algo más. En los hechos, la toma de fábrica que se extendió a otras empresas por menor cantidad de tiempo pero con conquistas inmediatas, significó cuestionar la propiedad privada y el Estado de derecho, emblemas fundamentales del sistema capitalista y de su clase dominante la burguesía.

Se retoma, desde el triunfo, la mejor tradición proletaria en la metodología de lucha, y en la metodología revolucionaria en donde el estado asambleario de todos los trabajadores supo dirigir el conflicto. Hubo huelga, hubo paro, hubo toma de fábrica. Hubo política independiente de la clase obrera que rompió decididamente con el aislamiento en que se encontraba.

Es en este sentido que hay que redoblar la apuesta en cuanto a la esencia del poder dual y extenderlo desde estas experiencias y metodologías en donde la clase es fuerte y organizada, en donde se conoce el terreno y se posibilita la masificación ante problemas sociales que se extienden por fuera de los establecimientos que están dando luchas desde un nuevo piso.

La clase dominante hará de todo para aislar a la clase obrera del pueblo, hará todo por aislar el conflicto ya metido en las raíces de la producción, querrá debilitar esa sabia inexpugnable y es por ello que no hay ni habrá descanso en la preparación de nuevas conquistas económicas y políticas. Se hace necesario, si es que hay remanso, no perder la iniciativa desde el terreno en que la clase obrera se ha hecho fuerte.

Permanentemente la lucha del pueblo se debe aferrar al terreno, en lo más profundo. Porque, insistimos, el enemigo de clase tratará de aislar la lucha para golpear. Muchas expresiones políticas revolucionarias están expresando esa necesidad dando efectivo nacimiento a la unidad política revolucionaria alternativa necesaria para mancomunar todas las fuerzas que apuntan decididamente hacia una revolución socialista y muy pegadas a las luchas que se expresan en todo el país.

La clase dominante no podrá asimilar el golpe rápidamente, sus crisis políticas no se lo permiten. Enfrentar esta nueva situación de la lucha de clases les será muy compleja en la medida que se siga profundizando la lucha que por sus metodologías denuncian la fuerte presión que ejercen las ideas revolucionarias que en lo fundamental se centran en el ejercicio de la democracia directa, alternativa revolucionaria a la ya podrida y corrompida democracia representativa que ejerce el poder “a través” de los representantes de los Monopolios.

Compartí este artículo