Las tareas del proletariado frente a los planes de superexplotación decididos por la burguesía como respuesta a la lucha independiente

En estos días los Estados argentino y brasileño, respectivamente, dieron otra muestra acabada de ser instrumentos de los monopolios.

A través de un banco privado del vecino país se otorgan créditos por 2.000 millones de dólares para desarrollar el intercambio entre los dos países. Argentina aumentará su provisión a Brasil de autopartes y Brasil reforzará su ingreso de autos a la Argentina.

Este acuerdo abrirá las puertas a un nuevo acuerdo que se firmará en el 2015 para desarrollar un intercambio bilateral más profundo y ganar nuevos mercados a otras latitudes. El Estado de los monopolios argentino estuvo “bien representado”: los ministros de Economía, Axel Kicillof; y de Industria, Débora Giorgi, el presidente de la Asociación de Fabricantes de Automotores (ADEFA), Enrique Alemani (Ford de Argentina) y los ejecutivos Cristiano Rattazzi (Fiat Auto Argentina) e Isela Constantini (General Motors), junto a directivos de ADIMRA y AFARTE, de la industrias de autopartes.

Hasta aquí el cuento de “hadas” en donde parecería que la lucha de clases no existe.

Sin embargo y mientras por arriba se desatan verdaderas batallas campales por hacerse del botín, el proletariado industrial ha comenzado una nueva etapa de enfrentamientos  para frenar acuerdos por arriba basados en la sangre, el sudor y las lágrimas de la clase obrera.

Los monopolios, el gobierno y los sindicatos, especialmente el SMATA en este caso de la industria automotriz,  apuntan decididamente a someter a la clase obrera con un ajuste despiadado y a la vez golpear a la organización independiente de la clase.

Sin embargo el escenario que se viene presentando es muy distinto al de la “paz de los cementerios” que se necesita para llevar adelante negocios espurios basados en una explotación que necesita de una mayor productividad para lograr “mercados” y sostener la cuota de ganancia.

Por primera vez en varias décadas aparecen las luchas independientes del proletariado expresándose aún en forma embrionaria pero no menos contundente. Mientras el SMATA y el electoralismo que se “prepara para el 2015” están intentando frenar el enfrentamiento, las asambleas de las secciones en empresas y las asambleas autoconvocadas empiezan a decidir la lucha. En varias autopartistas se ha parado, se han tomado establecimientos y se ha triunfado. En tantas otras la moneda está en el aire, pero el paro y, de hecho, la toma, comienzan a distanciarse de mecanismos institucionales que de nada sirven a los intereses del proletariado.

La industria automotriz necesita producir con menos personal (superexplotación) y, a la vez,  ganar mercados, por eso “invierten los Estados” 2.000 millones de dólares para reactivar el “mercado bilateral”, ese botín ya se lo han apropiado y la clase obrera, con su accionar independiente, deberá sostener sus reivindicaciones económicas y políticas fortaleciendo sus organizaciones que, aún siendo incipientes, están jugando un papel trascendental en su lucha por mejores condiciones de vida.

Hoy la lucha debe sostenerse, es crucial por estas horas, es un momento histórico que así lo exige. Las batallas hay que darlas centralmente en las plantas afectadas a pesar que haya fuertes presiones para sacar a la clase obrera de ellas. Es en esos lugares en que hay que sostenerse ampliando la solidaridad de la clase y hostigando a las instituciones de las empresas, a los sindicatos y al gobierno. Por abajo somos la mayoría aplastante, por abajo somos fuertes moviéndonos en asambleas y poniéndoles el aliento en la nuca a quienes quieran frenar el enfrentamiento. Allí nos tenemos que hacer cada vez más fuertes, usando toda la sabiduría que una clase explotada ha alcanzado hasta aquí y no es poco.

La burguesía, los monopolios, hacen sus negocios y pelean por ellos, la clase obrera está haciendo lo propio y de poco sirve especular con la anarquía que ellos tienen en esas guerras intermonopólicas. Es un momento de aprovechar sus puntos débiles y crearles frentes de lucha a fin de lograr nuestras conquistas.

Sus crisis que la paguen ellos.

¡¡¡2.000 millones de dólares de créditos blandos que pagaremos los pueblos de Argentina y Brasil!!!.

En las fábricas no pasarán y en las luchas por las conquistas iremos fortaleciendo nuestras organizaciones. Los procesos de lucha independiente de los sindicatos y contra ellos, y la resolución de los conflictos con la metodología de la democracia directa que está transitando la clase obrera a partir de la lucha de Valeo y las autopartistas de Córdoba como hito más alto, ha puesto a la burguesía en la situación de intentar resolver la embestida aplicando las medidas que intentan meter miedo con despidos, suspensiones y amenazas a fin de poder concretar su plan de superexplotación con nuevas inversiones y menos utilización de mano de obra. Pero las mismas no serán ya suficientes para frenar el ímpetu que la clase obrera viene transitando en todos los rincones del país.

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