Mucho se escucha hablar por estos días en los medios de la burguesía, de forma genérica sobre “problemas económicos”; pero en realidad, la única crisis económica que existe es la que vivimos los que todos los días nos levantamos para ir a trabajar, porque la plata no alcanza para nada, toda nuestra vida va para atrás, cada vez con más y más recortes, postergaciones, la reducción en las cosas que necesitamos comprar para sobrevivir que tenemos que hacer mes a mes es tremenda. Esto, claramente se ha visto profundizado con los efectos que la última devaluación provocó, actuando como un mazazo sobre la economía familiar, disminuyendo brutalmente el poder adquisitivo de los salarios.
El resultado de la devaluación ha sido el aumento liso y llano de la superexplotación, que no es otra cosa que la extracción de plusvalía. Caos social, inseguridad en todos los aspectos de la vida, disminución de los ingresos de los trabajadores, aumento de la pobreza, etc., son claramente las muestras de los enormes problemas que padecemos los argentinos de a pie.
Los monopolios, la burguesía, la clase dominante, el único “problema económico” que los ocupa es sostener sus ganancias. Este es un principio del sistema capitalista y los trabajadores lo tenemos que tener bien en claro. Sobre todo, cuando esta situación se da en un contexto en donde los pueblos (aquí y en el mundo) estamos para adelante y no estamos dispuestos ni a dejarnos pisotear, ni a comprar los viejos espejitos de colores de la institucionalidad burguesa.
Esto hay que asociarlo al porqué han salido en este momento desde todos los sectores políticos burgueses con el canturreo de las elecciones… cuando falta más de un año y medio para el tan mentado 2015… Es que están desesperados, improvisando lo que sea, y están tratando de conseguir por lo menos un poco de aire que les de cierto respiro. Pero, a mal puerto van por agua, porque el rechazo a esta pornografía electoral es tan grande que el remedio termina resultando peor que la enfermedad.
Cuando el orden económico de un país, y con él, todo el orden jurídico y social, se organizan a partir de la ganancia de los monopolios, seguiremos viviendo en el caos de la producción capitalista, inmersos en toda la podredumbre que ella conlleva.
Todos estos gobiernos, se pinten los labios del color que se lo pinten, funcionarios de un Estado al servicio de los monopolios, vestidos de “profesionales” -coimeros, cobrando prebendas y favores de la oligarquía financiera o siendo parte de ella-, mienten, engañan y subestiman el nivel político alcanzado por nuestro pueblo, que viene dando sobradas muestras que no está dispuesto a seguir viviendo como hasta ahora.
Por eso decimos que el problema es político. La clase dominante siempre buscará garantizar sus ganancias a costa de nuestro lomo, siempre. Este es su “principio”, y los trabajadores debemos saber leerlo desde una visión de clase.
Cuando nos tratan de meter en sus “discusiones”, presentando los problemas como si fueran igual para todos y todas, lo que buscan en realidad es embarrar la cancha y debilitar la enorme fortaleza que tenemos los trabajadores, cuando nos afirmamos en las iniciativas que venimos desarrollando, golpeamos sus intereses y nos hacemos fuertes en lo nuestro, en nuestros derechos, reclamos y reivindicaciones.
Nuestra posibilidad para cambiar de cuajo esta realidad, radica en la profundización de la lucha con el objetivo de cambiar el orden social para ponerlo al servicio del desarrollo del Hombre y no de los dictados de la ganancia de los monopolios.
Continuemos desarrollando nuestras luchas con la vista puesta en la preparación de las fuerzas populares capaces de lograr esa meta liberadora, unificando las fuerzas, basados en la propia movilización, la autoconvocatoria y el ejercicio de la democracia directa; esa es la garantía para desbaratar cualquier intento de engaño de nuestros enemigos de clase.