Las variables de ajuste que busca o implementa el gobierno de la burguesía son varias: inflación, devaluación, especulación, aumento de impuestos, impuesto a las ganancias, limitar los aumentos salariales, subsidios a las grandes empresas. etc. Todos están centrados en relación al salario. Pero en este breve artículo, nos queremos detener en el saqueo descarado al que se rotula como asignación de «subsidios»: el Estado de los monopolios entrega miles de millones de pesos a empresas monopólicas, multimillonarias en ganancias. Las beneficia directamente con plata que ponemos todos nosotros de nuestros bolsillos, poniendo al servicio de unos pocos lo que generamos millones con nuestro trabajo. Claro que estas prácticas son defendidas habitualmente porque según la burguesía, generan el famoso «derrame», que no es otra cosa que la tan mentada mentira: «si a los empresarios les va bien, a los trabajadores les irá bien»… No hace falta preguntarles nada a los explotados y oprimidos, para comprobar que la era «del progreso» no les llegó, que están trabajando como esclavos, en condiciones infrahumanas, viajando como ganado, con ausencias de agua, electricidad, vivienda, salud, educación, etc., etc., y miles de postergaciones. Pero la plata está, señores, y para comprobarlo no hay que hacer grandes tareas de inteligencia, sino simplemente mirar algunos datos que la propia burguesía difunde, a sabiendas que es totalmente probable que estén ocultando otros tantos. Tomando como referencia el año 2013, las «transferencias» del Estado en concepto de subsidios económicos alcanzaron los 134.000 millones de pesos, 34% más que el año anterior. La mayor parte se destinó a empresas del sector energético, que se llevaron 81.400 millones de pesos, 46% más que el año anterior. Las empresas del sector de transporte, recibieron en 2013 subsidios por $ 35.200 millones, cuyo crecimiento fue del 10,2%. Por otro lado, como ya lo hemos señalado hace algunas semanas, llega plata directamente a empresas vinculadas con la producción industrial. De los 800 millones de dólares de «inversión» anunciados por la automotriz Toyota, 500 los puso el Estado a través de un «préstamo», sumado a una amplia eximición de impuestos para la empresa. Otro «regalito» similar lo había recibido otra automotriz, General Motors en 2012, y fue de u$s 450 millones. Hacia fines de marzo de este año, el Gobierno nacional formalizó el aumento en los aportes no reintegrables «a los parques industriales», que se elevaron desde 600 mil hasta 3 millones de pesos por solicitante. Además, el Estado nacional bonificará la tasa nominal anual que establezcan los Bancos, por préstamos blandos a otorgarse en el marco de este «Programa de Parques Industriales». A fin de año pasado se entregaron subsidios por más de 17,5 millones de pesos a 13 parques industriales de 6 provincias, que llevaba otorgados aportes no reintegrables por 33,3 millones de pesos. Respecto a las petroleras, los «subsidios» fueron de U$S 1.200 millones en 2013, aunque la producción siga cayendo. A esas empresas les están validando el millón de BTU en U$S 7, lo que se traduce en una ganancia del 600% y en dólares. Los Bancos obtuvieron ingresos adicionales de casi $10.000 millones durante enero de 2014, sólo por el efecto de la devaluación que el Banco Central resolvió durante ese mes, al subir el precio del dólar de los $ 6,85 a los $ 8. Es casi el doble de lo que percibieron en el mes por la colocación de créditos, lo mismo que habían obtenido por este concepto a lo largo de todo el año pasado y 25 veces más que lo que habían registrado en enero de 2013. Estos son apenas algunos de los datos más recientes, que no hacen más que confirmar hacia dónde se destinan los recursos que generamos los millones con nuestro esfuerzo y trabajo, y cuán pocas son las migajas que recibimos. En manos de esta clase chupa sangre y decadente, ninguno de todos estos recursos devendrá en un progreso para la clase obrera y el pueblo; eso lo tenemos que tener bien en claro y procurarnos una alternativa de poder independiente y liberadora de toda esta ignominia.