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Las calles han sido empapeladas con un afiche con la consigna: ¡Unidad nacional contra los fondos buitres! Un viejo intento de la clase dominante para arrastrar tras sus intereses al pueblo, afectado por el sistema capitalista que genera la usura, y que de ninguna manera le cabe un nombre particular como buitre, sino que tiene un alcance muchísimo mayor que engloba a todos los capitales.
¿Cómo se puede hablar de unidad nacional con el supuesto “otro” capital, o el otro sector de la oligarquía financiera? ¿Acaso nos sugieren unirnos con el otro 93% de los bonistas que religiosamente cobran una “deuda” que nunca adquirimos como pueblo?
¿Unidad nacional con quienes imponen el impuesto al salario?
¿Cómo poder “unirnos” con quienes en este cuatrimestre cobrando tasas usurarias bancarias se la han llevado con pala gracias a su actividad parasitaria?
¿Cómo poder “unirnos” con los capitales “nacionales” de la industria fusionados con el capital bancario, que por estos días ajustan cuentas contra la clase obrera despidiendo, suspendiendo y extorsionando con la “crisis” que les permite obtener una nueva camada de capitales vía subsidios del Estado?
¿Unidad nacional con quienes desde el Estado provocan masivas fugas de capitales, adquiridos con la sangre, sudor y lágrimas del trabajo Humano?
“Nuestro” Estado, “nuestra” Nación no existen como tales, son un instrumento de dominación de clase que en esta época de grandes concentraciones económicas y de capitales globalizados, pulverizan literalmente toda frontera geográfica y política, quedando las formas intactas que de alguna manera conviene sostener para la dominación.
¿Unidad nacional junto a los capitales “sin patria” que intervienen en Vaca Muerta, Monsanto, en las mineras, etc., aquellas que con la ley “nacional” depredan la naturaleza, el medio ambiente, la sociedad Humana?
¿Unidad nacional con un parlamento integrado y sometido a los intereses del capital financiero?
¿Unidad con el poder legislativo que permitió legalizar el saqueo?
¿Unidad con las fuerzas represivas que apalean las luchas populares, que se ponen al servicio de los monopolios trasgrediendo las leyes que el sistema mismo ha elaborado?
¡No habrá confusión!
La unidad es popular y es contra la clase dominante, o sea la oligarquía financiera. Seguiremos luchando por nuevas y más profundas conquistas, y ahondaremos en las metodologías revolucionarias que facilitarán desde esas luchas desalojar definitivamente del Estado a esa clase parasitaria y construir un nuevo Estado de carácter revolucionario que dé respuestas a los problemas de la sociedad humana; enterrando definitivamente la idea de dar respuesta al “mercado”.
¡No hay ni habrá tregua!
Por el contrario, hay que duplicar la fuerza de movilización por conquistas económicas y políticas en este momento de extrema debilidad de la oligarquía financiera en su conjunto.
Acelerar la unidad por debajo de todo lo que está enfrentado, de una u otra manera, contra ese enemigo, haciéndonos fuertes desde la institucionalidad que va creando la lucha autoconvocada.
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