El mismo día en que Cristina Kirchner realiza otra de sus tantas promesas vacías, de llevar a juicio a los empresarios buitres de Donelley con la ley antiterrorista, la realidad nos demuestra que son miles los trabajadores procesados por luchar contra el impuesto al salario, contra los despidos, por la dignidad de los trabajadores.
Esta vez fueron los trabajadores de Emfer y Tatsa quienes se movilizaron el Jueves 14 de Agosto al juzgado federal de San Martín por el desprocesamiento de sus compañeros delegados, quienes fueron acusados de robo por el empresario Cirigliano, responsable directo por la tragedia de Once, que deseaba eliminar las pruebas. Los compañeros que se hicieron cargo de resguardar estas pruebas importantes para el juicio, ahora son juzgados por esta justicia. Lo increíble sería que la justicia burguesa no nos tuviese habituados a las más grandes injusticias.
La movilización se destacó por la gran participación de todo el conjunto de la fábrica, cientos de trabajadores marcharon por las Av. Perdriel y Balbín, que se tiñeron con el color carácteristico de su ropa de trabajo. Las provocaciones de aparatos de izquierda fueron rápidamente desmontadas, pues los trabajadores tienen sus propias banderas de lucha y no aceptan que le impongan otras banderas para propaganda electoral.
La situación actual es fielmente reflejada en las emotivas reflexiones de los compañeros: “Para los amigos que me preguntan como sigue la situación en EMFER-TATSA, les cuento que seguimos mal. Que las quincenas se siguen atrasando, que la perspectiva de laburo sigue siendo nula y que nadie cumple con los términos y condiciones que nos prometen. Pero también les cuento que la seguimos peleando, que calmo no quiere decir dormido. Que todos los compañeros seguimos aguantando por la familia y por el compañero de al lado. Y que no solo EMFER-TATSA esta en esta situación, somos muchas fabricas con MANO DE OBRA NACIONAL las que estamos pasando un momento de mierda. Y también le digo, a quien corresponda, que con los laburantes no se jode, que todos juntos somos un monstruo grande que pisa fuerte la represión, el abuso y la falta de respeto. NO ES UNA AMENAZA, ES UNA PROMESA… NO JUEGUEN CON LA COMIDA DE NUESTRAS FAMILIAS, PORQUE NOSOTROS NO ESTAMOS JUGANDO”.
Otro compañero es más directo en ese mismo sentido: “La gente está dispuesta a cualquier cosa y si no hay una solución de fondo de esto, el problema va a ser bastante grande para el Estado, sobre todo para el Estado que es quien nos manda a la policía acá a la puerta, con quien nos vamos a enfrentar.»