A 42 años de la masacre de Trelew, los compañeros siguen teniendo razón. “Usamos” del pasado pero nos paramos en el presente. Es curioso analizar los brotes de revolución de hoy, de cómo pacientemente y en medio de una puja ideológica por insertar la lucha por el poder el recuerdo de Trelew, de esos extraordinarios jóvenes fusilados por “portar ideas de cambio” se expanden en un complejo mundo Capitalista que domina a la sociedad humana. Brotes, muchos brotes, pero aún insuficientes, lo sabemos y lo analizamos con sabiduría. Pero estos compañeros son los que están pesando, son esas historias con peso propio en el presente que están sacudiendo los debates de la lucha. Es muy cierto que la burguesía silenció o deformó cada acontecimiento, lo aisló para esconder el carácter expoliador de una clase sobre la otra. Quizás la gran mayoría de jóvenes ni siquiera sabe que se proponían esas almas libertadoras. Quizás pase este día sin ese recuerdo puntual para todos ellos, pero el presente y la lucha de clases son más fuertes y de nuevo la “burra al trigo”, el brote revolucionario, las ideas del socialismo, comienzan a recorrer los mismos caminos de tenacidad, de insistencia en un espiral ascendente y con más experiencia. Hay un presente de lucha que pesa, hay un futuro con certezas permanentes de cambio, ambas cuestiones están teñidas de ese pasado el cual no puede estar condicionado al capricho de los ideólogos del sistema dominante, a sus historiadores y sicólogos sociales. En Trelew se tensó la lucha de clases, se quiso acallar el devenir histórico, la necesidad histórica de cambio revolucionario, luego se lo maquilló para hacer “lucir” una “novela” y desdramatizar lo que estaba en juego. ¡Pero los brotes no dejan de salir! Compañeros de Trelew ¡Hasta la victoria siempre!