Frente a la situación de agravamiento de las condiciones de vida de nuestro pueblo, nuestro Partido plantea agudizar el pensamiento y la acción independiente de toda la superestructura del Estado de los monopolios.
En principio el pensamiento independiente significa no embretarnos en las disputas políticas interburguesas, en sus luchas de intereses, en sus disputas de dominación, optando por tal o cual facción, se trata de identificar en este momento la conducta a seguir en la lucha política por el poder.
La semana anterior la presidenta de la automotriz de General Motors había planteado que ellos no sabían a ciencia cierta qué iba a suceder en octubre y noviembre con la producción.
La presidenta Cristina Kirchner, en menos de 7 días, dijo y se desdijo varias veces en torno a la política a seguir en la industria, fundamentalmente en la automotriz y metalúrgica.
Lo cierto es que Los monopolios tienen “claro” qué es lo que hay que hacer desde su planeamiento estratégico Internacional y su incidencia en nuestro país. Sin embargo hacen agua en sus realizaciones, vacilan, dan un paso adelante y dos atrás a la hora de tomar conciencia de la crisis política en la que están inmersos.
La VW abrió 8 plantas en China, ésta empresa dará respuesta a la producción de coches dirigida al mercado interno de ese país capitalista que intenta paliar la crisis económica poniendo en segundo plano la exportación de productos industriales, aconsejado por la crisis económica que aqueja al planeta.
Inmediatamente la VW de Córdoba anuncia que se levantan las suspensiones para abastecer de cajas a la mismísima China.
En un ir y venir de declaraciones, de estadísticas mentirosas, de no saber nada de nada producto de la crisis política mencionadas, de almuerzos, cenas y parodias cotidianas que se fisgonean unos a otros, la clase obrera y el pueblo tenemos que templar nuestros pensamientos, no dejarnos arrastrar por sus mentiras, crisis, vacilaciones y guerras de intereses interburgueses.
Pensamiento y acción independiente significa que, a diferencia de décadas pasadas de profundas crisis a la que nos llevaron estas contradictorias guerras interburguesas, los argentinos no estamos dispuestos a dejarnos avasallar por la anarquía que genera el mismo sistema capitalista.
La clase burguesa no genera nada de expectativa, por el contrario todo lo que expone está teñido de la mediocridad que impone el negocio, la ganancia, el consumismo.
Lo que está viniendo desde abajo es la lucha, es un fenómeno que anuncia mayor masividad de enfrentamientos, nutridos de mayor experiencia política y organizativa elevando las metodologías de acción y de organización.
Ellos en sus crisis y nosotros, Pueblo, encontrando las vetas de salida a tanto desconcierto que nos imponen.
Por estos días ejecutan suspensiones y despidos, es muy cierto, pero a diferencia de otras épocas la disposición es a enfrentar el problema, no dejarse arrebatar por la furia de los bolsillos de los monopolios.
El ambiente está caldeado y el poder lo siente en la nuca, ellos intentan extorsionar al pueblo agitando banderas de crisis para achatar el salario, pero encuentran una furia de calidad diferente en lo masivo de la población. Saben y sienten que el horno no está para bollos, y si en sus carpetas la teoría les marcaba arrasar con lo que el pueblo viene conquistando en experiencia, en organización sienten el freno que les impone la realidad de la lucha de clases.
De engaños y mentiras por parte del poder del Estado de los monopolios y su gobierno de turno estamos atentos. Aunque quieran introducir confusión para sostener el sistema, a veces lo logran y a veces no, lo cierto de todo ello es que el acto reflejo de la población y de la clase obrera industrial en particular es no creerles. Ya no hablamos de frases hechas sino de acciones precisas y concretas que se traducen en gestos cotidianos de la población, se protesta por todo.
Debemos persistir como una gota de agua que cae y erosiona hasta transformarse en un torrente caudaloso por un cauce de revolución en la conquista, en la pelea de cada tramo que nos quieran arrancar, de unidad, de organización y de profundidad en las consignas que impliquen en cada hecho una reafirmación del proceso revolucionario que se ha echado a andar fortaleciendo el Estado Asambleario que se va expandiendo como una mancha de aceite en todo el territorio nacional.