En el año 2014, el Presupuesto Nacional estimó ingresos por el cobro del impuesto a las ganancias en casi 228.000 millones de pesos. Luego del IVA y de las contribuciones a la Seguridad Social es el tercer ingreso en importancia, superando incluso en más de 100.000 millones de pesos los ingresos por comercio exterior que contemplan importaciones y exportaciones; este último ingreso representa el 3,71% del PBI y Ganancias el 7,02%.
Cuando se analiza el capítulo del gasto tributario, se comienza a develar la incógnita de para qué sirve este impuesto. Gasto tributario es el ingreso que el Estado deja de percibir por el otorgamiento de concesiones y exenciones tributarias; el presupuesto 2014 define textualmente: “Los Gastos Tributarios que afectan al Impuesto a las Ganancias (24% del total) alcanzarán a $21.408 millones. Los más importantes beneficios en este tributo corresponden a las exenciones de los intereses de activos financieros (títulos públicos, depósitos bancarios y obligaciones negociables) y de las entidades sin fines de lucro”. Es decir, que una parte importante de lo que recauda el Estado por Ganancias, suple lo que el mismo Estado de los monopolios NO recibe por exenciones a la actividad financiera.
En la aplicación del gasto, el Presupuesto informa que $ 40.800 millones se destinan a “unidades familiares”, lo que incluye el llamado “gasto social”. Casi $ 50.400 millones son transferencias a empresas privadas en forma de subsidios, exenciones impositivas, etc.
Por último, el Presupuesto informa que los gastos por amortizaciones de deuda alcanzan los casi $ 280.435 millones; es decir que el gobierno del desendeudamiento paga deuda sin chistar, por lo que los “buitres” pueden dormir tranquilos. Seguramente, como viene trascendiendo, en enero de 2015 se honrarán las deudas con ellos también.
El mal llamado impuesto a las ganancias aplicado a los ingresos de los trabajadores es, ni más ni menos, un impuesto al salario. Con este mecanismo, el Estado de los monopolios se reapropia de plusvalía con el único fin de achatar el ingreso de los trabajadores y aumentar su tasa de ganancia.
Estas cifras deben conocerlas la masa de trabajadores y pueblo, para fortalecer la argumentación de la lucha contra este impuesto; la misma va más allá de un reclamo por los ingresos ya que se trata de una lucha que enfrenta directamente las políticas de explotación y expoliación del Estado monopolista y su gobierno.