Vaca Muerta, un cuento chino para el pueblo

La abrupta caída del precio internacional del petróleo de US$ 115 a US$ 80 producto de la profunda crisis y recesión del capitalismo global, la sobre oferta del mismo, la depreciación que el Estado Islámico realiza para financiar su guerra “vendiendo” a las petroleras el barril de crudo al 50 % de su valor y, además, el crecimiento de la producción en Rusia, China y EEUU, junto a la gasificación de la industria global, hacen del proyecto Vaca Muerta algo más cercano a un cuento chino que a una realidad.

Vaca Muerta demanda US$ 25.000.000.000 y una década de trabajo en un mundo capitalista en crisis donde los negocios, los planes “estratégicos” de la oligarquía financiera son urgentes y al día, y la puja por la realización de la ganancia es “minuto a minuto”. Por eso, todo proyecto a largo plazo es sólo parte de una falsa idea que nos quieren imponer para ocultar en parte el desmadre del sistema y la puja interimperialista de cada empresa por lograr la posición dominante. El “verso” de los planes estratégicos encaja como anillo al dedo en las ilusiones pequeño burguesas de cierto progresismo e izquierda empeñados en maquillar al capitalismo.

Lo cierto es que hasta hoy las petroleras que están en el juego se han alzado, por muy pocos millones de dólares, con unas reservas estimadas en 22.500 millones de barriles, por 30 años y han impuestos condiciones leoninas para sus negocios. Todo un gran negocio especulativo aunque no se haga un solo pozo petrolero.

Mientras tanto las petroleras continúan en el “minuto a minuto”. Aprovechando la baja mundial del precio del combustible y los beneficios “otorgados” por su gobierno. Así, la comercialización de naftas premium se ha convertido en un pingüe negocio. Auto comprándosela a US$ 0.85 dólares y vendiéndola en los surtidores a un valor cercano US$ 1,65 dólares por litro, con lo cual se han embolsado, durante el primer semestre de 2014, una renta extraordinaria de US$ 90 millones.

Más allá del “verso” del gobierno Nac. & Pop. y su venta de la utopía del autoabastecimiento, la oligarquía financiera sólo busca posesionarse sobre las reservas petroleras a la espera de mejores tiempos y continuar con el saqueo del pueblo trabajador.

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