El pasado 6 de noviembre murió este revolucionario internacionalista. Seguidamente transcribimos los párrafos más salientes de un aporte que nos llega reivindicando su trayectoria por la liberación de su país y de los pueblos de nuestra América
Rubén tuvo una trayectoria que demuestra que el hombre se va haciendo de acuerdo a las circunstancias en conjunción con su propia madera.
Pasó de ser un militar que combatía contra la «invasión marxista cubana» del Che a ser, en determinado momento, el hombre más importante en la estructura que había quedado de la guerrilla del Che, es decir, el ELN.
Después de la derrota de la guerrilla del Che y del inti Peredo y la consolidación del general Barrientos al frente del gobierno pronorteamericano, Rubén forma parte de un grupo de militares que se oponen a la presencia norteamericana en Bolivia. Este sector es liderado por Juan José Torres (posteriormente asesinado en Argentina), que llega al poder y toma una serie de medidas de carácter antiimperialista y anti monopólicas.
Dentro del esquema militar, Sánchez es designado comandante del regimiento «colorados de Bolivia» que es la guarnición que se encarga de la custodia y defensa del presidente (más o menos lo mismo que los granaderos en argentina).
El 21 de agosto de 1971 se produce el levantamiento de Banzer y hay fuertes combates entre las facciones militares. Sánchez combate con su regimiento junto a las masas contra el golpe militar. Finalmente son derrotados, se consolida Banzer en el poder, y comenzará el largo periodo de la dictadura banzerista- en estos enfrentamientos muere el hijo mayor de Sánchez-.
Ya en el exilio Rubén se acerca a las ideas revolucionarias, visita Cuba y conoce de cerca la experiencia del socialismo, y toma contacto con el PRT, con lo cual emprende la reorganización del ELN mientras comienza a hacerse famoso como el «poncho negro», y ser buscado por el plan cóndor que era la coordinadora contrarrevolucionaria del Cono Sur.
Bajo la influencia del PRT, fundamentalmente de Santucho, ve la necesidad de la construcción del partido revolucionario como herramienta del poder y entonces junto a un grupo de compañeros deciden la transformación de ELN en PRT- B (boliviano), siguiendo la línea y sin duda bajo la influencia del PRT – A (argentino).
Este proceso no fue lineal, pues hubieron compañeros del ELN que no acordaron con esta postura política y siguieron con la política del ELN sin partido como entendían que debería ser la vanguardia. Este grupo fue liderado por el «Chato» Peredo hermano del Inti Peredo, es decir, la organización se escinde: por un lado, Rubén con el PRT (B) y, por el otro, el «Chato» con el ELN.
A partir de la fundación del PRT (B), el PRT (A) le da todo el apoyo que puede: logística, dinero y, sobre todo, compañeros que llevan la experiencia de construcción del partido a Bolivia, entre ellos Luis Stamponi (conocido en nuestro país como «miseria espantosa»), quien será desaparecido en Bolivia dentro del plan Cóndor y, se supone que, trasladado a la Argentina. Otro compañero que pasa por Bolivia y que está un tiempo trasmitiendo experiencias y militando en el PRT(B) es el santafesino «Piki» Puyol Mántaras.
En este contexto se da la conformación de la JCR (Junta de Coordinación Revolucionaria) junto con los Tupamaros de Uruguay, el MIR chileno, el PRT(B) y el PRT (A), en la cual Sánchez tiene participación.
Con el retorno de la democracia el PRT (B) se da una política de alianzas con otros sectores políticos y participa en la construcción de la Unidad Democrática y Popular (UDP) que lleva a Siles Suazo a la presidencia y participa en áreas del gobierno. Sánchez es elegido diputado en representación de una agrupación política legal de la que es dirigente denominada ALIN (alianza de la izquierda nacional) integrada por militares «torristas» y civiles democráticos.
A partir de aquí ya no tiene participación orgánica como PRT (B) y su presencia es más en las luchas democráticas aunque tuvo varias escapadas de los sucesivos golpes militares que asolaron Bolivia.
El PRT (B) tuvo vigencia política y participación activa en la lucha hasta el año 1983, donde distintas discrepancias disuelven la organización.
Rubén Sánchez Valdivia como Miguel Enriquez, Raúl Sendic y Mario Roberto Santucho, sintetizan en sus vidas de revolucionarios cabales, las aspiraciones de miles y millones de latinoamericanos que levantamos sus banderas y continuamos su camino, porque aún los objetivos por los que lucharon están pendientes de lograrse: la conquista del poder por la clase obrera y el pueblo, y la construcción de la sociedad socialista.