Las asambleas y las conquistas de todos los días: fortaleza de los trabajadores

Las iniciativas de la burguesía ya no tienen cabida en los trabajadores. Lo que antes era creíble ahora se desconfía, lo que antes se tomaba en cuenta ahora se rechaza, lo que antes se agradecía ahora se toma como conquista.

En los últimos años se viene dando un proceso de cambios en las industrias de nuestro país. Se trata de la forma de organización de los trabajadores para la lucha. Las experiencias están mostrando en un proceso, a veces lento y a veces rápido, en el cual se notan las ganas de cambiar todo esto. Esto que se mueve se da desde abajo y empuja con fuerzas para establecerse. Hay muchas experiencias para nombrar pero en la mayoría, en esencia, pasa prácticamente lo mismo. Las viejas prácticas de los delegados y sus formas de organización con el sindicato en la empresa ya están siendo reemplazadas por las nuevas formas de organización.

Los procesos que se vienen dando por un lado son el rechazo a todas las instituciones del sistema -en este caso los sindicatos- que ya están podridas y corruptas. Estas pasan a ser reemplazadas por el protagonismo de los trabajadores, ejerciendo, como se viene desarrollando en muchas experiencias de lucha, la organización autoconvocada y horizontal y la acción directa, sin intermediarios. Esto que se viene dando se multiplica todos los días como síntoma de cansancio, hartazgo, de traiciones y de espera eterna, de lo que llega es a cuenta gotas a cambio de más y más explotación, de ver todo lo que se produce y no poder tener acceso a eso.

Se comienza a tener conciencia, porque se ve todos los días, de que así como la burguesía para explotarnos cada vez más, lo hace también reuniéndose con sus pares de clase para discutir las políticas. Eso los trabajadores lo vemos, lo palpamos y lo sentimos.

De allí nace la necesidad de unirse, organizarse y tomar decisiones que defiendan los intereses de clase. Y si hay algo que viene ayudando a ganar dicho protagonismo y cambio en las formas de organización son las asambleas. Ya no son esas que convoca el gremio sino las que convocan los trabajadores, son esas en las que se discute, se vota, se decide y se lleva adelante con todas las fuerzas lo discutido y votado con la participación de todos.

Es algo que se viene asimilando rápidamente por parte de los compañeros, como una necesidad de juntarse ante cualquier circunstancia, ya sea despidos, ya sea por alguna reivindicación, en sí todos los problemas que puedan ocurrir en el trabajo. En cualquier reclamo las asambleas son las que empiezan a pesar a la hora de tomar decisiones y de imponerlas, rompiendo con la idea de que la última palabra la tiene el patrón y también de que sólo el gremio es apto para discutir con las patronales. Empieza a pesar mucho de que si eso no se lleva adelante las patronales van a intentar avanzar por nuestros derechos y conquistas. La práctica asamblearia entonces, pasa a ser una de las principales fortalezas de los trabajadores y empieza a ser un centro de poder.

Si hay algo que esta también y es de gran importancia y se lleva adelante, son las conquistas de todos los días, esas que parecen inofensivas para las patronales o que no implican grandes movilizaciones o conflictos, son iniciativas de los trabajadores ante distintas circunstancias. Son conquistas y pasos necesarios a dar para tomar confianza en las propias fuerzas, para tomar confianza en los compañeros de que esto se puede cambiar. Entonces cada conquista aunque parezca pequeña, es grande, grande en esencia porque se van sentando las bases y las condiciones para un enfrentamiento cada vez más consciente.

Ante este avance la burguesía intentará mostrarse siempre fuerte, como si todo lo que venimos logrando no le afecta, pero en realidad lo que nos muestran con sus reacciones son sus miedos.

Importantes han sido los logros políticos que se han concretado, los trabajadores están ingresando al ruedo de la lucha política. La clase está haciendo experiencias que ya son un nuevo piso en el terreno político organizativo y una nueva síntesis en la construcción de poder para el enfrentamiento clasista.

Desde este avance y optimismo proletario hay que ver más allá de las cuatro paredes del frente donde se luche y continuar con la construcción de la unidad política necesaria para la construcción del poder local.

 

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