El paro afecta a más de 40 empresas, con piquetes y movilización, y se originó por un conflicto con la empresa multinacional de origen alemán TFL, a la que el sindicato acusa de estar “vaciando” su planta de Zárate para cerrarla, y reemplazar la producción local por importaciones arribadas desde la zona franca del Uruguay. Tres mil trabajadores del sector cumplen a rajatabla una huelga que afecta a las empresas petroquímicas de instaladas en Zárate, Campana, San Nicolás, Baradero, y las ciudades entrerrianas de Gualeguaychú y Larroque; entre las empresas paralizadas se cuentan Bayer, Petrobras, Praxair, Agrofina, ACA, Air Liquid, Carboclor, Unilever, Clariant, DAK, Dow, Lanxess y Monsanto.
Los medios burgueses han destacado (intentando el desprestigio de la medida) su preocupación por el conflicto denominando a la huelga como “paro solidario”; precisamente, el hecho de que una fábrica de 150 operarios cuente con el apoyo activo de más de tres mil trabajadores además de una muestra de solidaridad de clase es una conducta de unidad por lo que la burguesía no puede dejar de mostrarse preocupada
La conducta de los trabajadores expresa la situación de conflictividad que se vive en los centros productivos y “marca la cancha” a las intenciones de las patronales de ajustar y hacer pagar a la clase obrera.
Esto, en un marco en el que las políticas de la burguesía en su conjunto apuntan a una reducción de la masa salarial y a un aumento de la productividad y la explotación, configura el final de 2014 y el comienzo de 2015 en el que el proletariado industrial ratifica que ha entrado de lleno en la lucha por sus reivindicaciones económicas y políticas.