A 13 años del glorioso diciembre del 2001

El “relato político” y el anecdotario, y el uso de la lucha y la sangre de nuestro pueblo para justificar las políticas de la clase dominante, es lo predominante en la prensa del sistema cuando se refiere a los hechos políticos producidos por el pueblo hace 13 años. Todo su esfuerzo está centrado en hacer aparecer a nuestro pueblo como que “piensa con el estómago y el bolsillo”, ocultando de esa manera la esencia netamente política del proceso que generó la movilización popular a partir de esos gloriosos días.

Funcionarios “desaparecidos” escondidos bajo la cama, parlamentarios y políticos huyendo como ratas a sus countrys donde preparaban planes (armados hasta los dientes) esperando el ataque de la “turba”.

Luego de transitar El Santiagueñazo (1993), Cutral-Có (1996), las jornadas memorables de Mosconi y Tartagal en Salta, el 2º Cutral-Có, y el puente  correntino (1999); todo un camino que fue abonando una experiencia de luchas de masas, un aprendizaje incesante, una síntesis elaborada colectivamente en cada ejercicio de enfrentamiento y acción popular. La autoconvocatoria, la acción masiva, el protagonismo colectivo, fueron la llave que posibilitó y abrió la puerta al pueblo movilizado, en las históricas jornadas del  19 y 20 de diciembre del 2001.

El pueblo había salido a la calle a ocupar el escenario político, a parar el avance de la oligarquía financiera sobre sus derechos, a terminar en los hechos con el pretendido Estado de Sitio del gobierno de los monopolios.

El pueblo -aún sin ningún proyecto político- había dado todo su esfuerzo y su sangre para marcar el límite de su tolerancia y trazar así una línea que restrinja a la dictadura de la burguesía monopólica.

Con la autoconvocatoria tiró cinco gobiernos e hizo entrar en la más profunda crisis política a la burguesía. De allí en adelante todo sería distinto; la autoconvocatoria, instalada desde antes como metodología de la acción de masas, sería el método con el cual se había comenzado a creer en las propias fuerzas y a reconstruir la organización y liderazgos independientes, para comenzar la búsqueda de un proyecto político que unifique y dé sustento a sus reivindicaciones.

Hoy, a 13 años, la oligarquía financiera y su gobierno pretenden nuevamente cruzar aquella línea trazada por el pueblo. El gobierno, con el ajuste, pretende hacer pagar su crisis económica global a los trabajadores y al pueblo. Pero nuestro pueblo los espera a la vuelta de la esquina. Esta vez, en un nuevo escenario construido en mil luchas durante la última década y con un nuevo actor protagónico, la clase obrera.

A 13 años de aquellos sucesos, expresamos nuestro homenaje a los 29 mártires que cayeron bajo las balas de la impune burguesía por la causa del pueblo.

Compartí este artículo