Las perlitas del gremio de los plásticos y la posición de los trabajadores

El sindicato del plástico llama a una reunión a todos los delegados de Buenos Aires.

«Por la bronca que hay, y a esta altura, era sabido que algo de guita van a tirar» era el comentario.

Como no podía ser de otra manera viniendo de ellos, la reunión fue llamada para hablar sobre un “plus”!, sí, un plus que supuestamente era para las fiestas.

Con Alberto Murua a la cabeza se llevó a cabo la reunión, en la cual da los números con los cuales intenta sorprender. Por un lado dijo que había un piso de $ 2.500 en cuotas, pero que los delegados propongan otras cifras y formas de pago…Eso sí, debían ser muy medidos a la hora de proponer porque la situación…, por esto… por lo otro… y muchos bla bla…

Por un lado, intentaba que los delegados propusieran condicionados (sabiendo que las condiciones de vida empeoran todos los días), sin consultar a los compañeros de las fábricas, y por el otro, intentaba cocinar la cifra que él mismo tiraba, ya que es la que tenían acordada de antemano con las empresas.

Murua no validaba las propuestas que superaban dicha cifra, porque decía que era mucho. Un ejemplo de esto fue la reacción cuando un compañero delegado tiró $ 3.000 en 2 cuotas, cuando la intención del gremio (y las empresas) era estirar dicho pago hasta abrir las nuevas paritarias que arrancan en mayo (dicho por ellos).

¿DOS PÁJAROS DE UN TIRO? ¿O EL TIRO POR LA CULATA?

Es lo que intentan con dicha maniobra, juntar el plus con las paritarias y “todo el mundo contento”. Saben que iniciativas no les pueden faltar, ya que cualquier hueco que dejan, los trabajadores lo llenamos con nuestras iniciativas.

A todo esto hay que sumarle la perla mayor: dicho dirigente -sin ponerse colorado- dijo que el gremio está en condiciones de comprar un hotel en Mar del Plata de 85 habitaciones, a una cuadra del mar y frente al casino… El muy caradura llamó a una votación de los delegados de algo que ya estaba por demás cocinado.

Todo esto luego de que los delegados informaran esta situación a los trabajadores, lejos de aquietar las aguas lo que despertó fue mucha indignación y bronca.

El horno no está para bollos pero algo se está cocinando… y cuando la olla se destape los trabajadores pondremos a cada uno en su lugar.

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