El último discurso por cadena nacional de la presidenta Kirchner, al margen del montaje escénico de mostrar a «los chicos para la liberación» (como nos tiene acostumbrados) y la inauguración de las formaciones del tren Mitre, constituyéndose todo en una burla más a nuestro pueblo, máxime si tomamos en cuenta el anuncio del aumento miserable a los jubilados; tuvo un final que es toda una perlita, digna de reflexionar, porque desnuda en su esencia en qué lío irresponsable y desastroso nos pretenden embretar a los argentinos las políticas de los monopolios y sus luchas inter-monopólicas a través del gobierno y todo signo opositor burgués; al tiempo que deja traslucir el temor (por no decir otra cosa) del gobierno que esto se les fue de las manos.
A saber: la Presidenta afirma «no nos dejemos llevar por conflictos de índole racial o religiosos que se dan en continentes lejanos, con otras culturas y ajenos a nuestras costumbres e idiosincrasias…” etc, etc…referidos claramente a los últimos hechos con la muerte de Nissman y agrega «peleémonos entre nosotros por cualquier cosa, por conflictos y protestas, por candidaturas, etc, pero no nos dejemos embretar por conflictos lejanos a nosotros, pensemos en la Argentina «. A confesión de partes relevo de pruebas. Ni tan lejanos señora Presidente!!! Hágase cargo!!! Ya es tarde para tirar verdades a medias para volver a mentirle al Pueblo Argentino!!!
Los negocios de los monopolios no tienen escrúpulos, se manejan a nivel planetario, se vive una guerra de intereses económicos entre los monopolios que ya se apoderaron de los Estados. Ergo, usted es su empleada y ahí vamos al punto: las disputas se llevan a cabo en todos los terrenos y territorios donde florecen los negocios de los monopolios, y si estos se ven afectados pasa lo que está pasando, si tienen que matar, matan, sea en Beirut, Jerusalén, París o Buenos Aires.
Pero no, las cosas se dicen a medias (y eso cuando no se pueden esconder) para desvirtuar y disfrazar las responsabilidades: por ejemplo, que el acuerdo con Irán fue impulsado por Cargill, Dreyfus, y Monsanto, y no por Delía (hasta da risa) y tanto la prensa «opositora» como los políticos del gobierno y «opositores» se hacen los distraídos.
Les vamos a refrescar la memoria citando párrafos de una nota publicada por nuestro partido el 13/02/2013 referido a los acuerdos con Irán: “…Precisamente, el nuevo acuerdo entre el gobierno argentino e iraní se da en un nuevo marco en que la Argentina, luego de Brasil, es el principal socio comercial latinoamericano de Irán. Entre los dos países suman cerca del 96% de todo el comercio de América Latina con ese país.
A partir del año 2006, año en que el comercio bilateral era nulo, las exportaciones de productos Argentinos al país asiático aumentaron el 1000%. En 2012, el monto exportado ascendió a 1.050 millones de dólares, el principal producto exportado es la soja tanto en aceites como en porotos, harinas y «pellets»; le sigue la cebada, el arroz, y el aceite de girasol…las exportaciones están a cargo de Cargill, Dreyfus, Monsanto, etc·».
Ahora bien el mundo está APARENTEMENTE dividido en dos bloque «claramente» marcados: por un lado China y Rusia (de los cuales Irán es su «hijo» protegido), por el otro, Estados Unidos y la Comunidad Europea (cuyo hijo protegido es Israel).
Ésa es, en el fondo, la fachada de la oligarquía financiera, anarquizada hasta límites insospechados, donde internamente en dichos países, como en la casi totalidad de los países del mundo, los intereses están enfrentados, lo cual expresa en política internacional una altísima complejidad (que si escarbamos en la historia secreta no es tan así, ya que, por ejemplo, General Motors y Chrysler, que eran yanquis, producían en la Alemania nazi), con entramados internos de los cuales Argentina volcada ahora hacia China no es la excepción. Y en esta quieren embretar a los pueblos del Mundo, en una guerra, y no pueden, y por eso la presidenta sale corriendo a abrir el paraguas. Es por ello que nuestra posición en los últimos sucesos de Paris no fue formal y se expresó contundente cuando afirmamos lo siguiente en la nota «Ataque a la paz mundial» el 16/01/2015: «…La oligarquía no puede llevar adelante su decisión política de guerra mundial porque sabe que la clase obrera y los pueblos del mundo no lo permiten cuando expresan su repudio masivo contra todo tipo de injusticias habidas en el sistema capitalista. No existe hoy una base social capaz de apoyar las guerras imperialistas….”
Éste es el trasfondo y es menester denunciar a todas esas opiniones burguesas que a través de sus poderosos medios masivos de comunicación y el poder que ostentan quieren embretar a la opinión pública exprofeso con el fenómeno (muerte de Nisman, guerra de espionajes, etc.) y no con la esencia de una disputa por los grandes negocios.
Estas confrontaciones, estas crisis, lo que encierran son las dificultades y la profunda crisis terminal del sistema capitalista en el mundo en general y en nuestro país en particular, que se encuentra embretado en una confrontación de fondo que es la tenaz lucha de la clase obrera y el pueblo que con su rebeldía ya aspira a un CAMBIO DE FONDO. Y es en dicho marco de la lucha de clases que estos enfrentamientos imperialistas que nos traen a nuestro país tienen las patas muy cortas, y pronuncian declaraciones a medias que más los empantanan y quedan como el avestruz. No es que vimos a la » oposición » parlamentarista yendo al fondo con el tema de la S.I., o a la intelectualidad del grupo Clarín, La Nación, o si la presidenta se jugó en algo, que haga conocer la lista de los nombres de los agentes de la supuestamente disuelta S.I. ¡Ojo! de los orgánicos y los no orgánicos.
Pero aquí nadie saca los pies del plato porque, claro, aparecerían políticos, sindicalistas, periodistas, intelectuales progres y reaccionarios, gente de la farándula artística, etc, Es que nadie se escupiría su propio asado, porque en última instancia, la inteligencia y la contra inteligencia han sido creadas y concebidas para golpear y frenar la lucha de nuestro pueblo.
Por eso afirmamos que el discurso de la presidenta fue un temeroso montaje, porque nos encontramos en un momento histórico de la lucha de clases que ya no da márgenes.