En su viaje a China la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner declaró que Argentina tiene la capacidad de producir alimentos para satisfacer a 500 millones de personas.
Paralelamente, se conocieron esta semana la muerte de dos niños por desnutrición en Salta, que se suman a los ocurridos en el mes de enero, también en Salta y en Chaco. En treinta y seis días de lo que va de 2015 se conocieron (repetimos, sólo lo que se dio a conocer) la muerte de cinco niños. No hay estadísticas oficiales desde 2007 sobre este tema; el titular de la Red Solidaria e integrante del Centro de Lucha contra el Hambre, Juan Carr, reconoció que mueren ocho niños menores de 5 años por desnutrición en la Argentina. Además agrega que en 2003 ese número ascendía a 12 por día.
Veamos entonces: En 2003, la Argentina podía producir alimentos para 200 millones de habitantes. Hoy puede hacerlo para 500 millones. Es decir que aumentó 250% la producción alimenticia, mientras que las muertes por desnutrición infantil bajaron el 33%. Algunos “entendidos” podrán afirmar que uno y otro porcentaje no tienen relación para una estadística; no importa, sí sirven para graficar en números el desbarranco de la burguesía monopolista en su conjunto.
Porque de una cosa hay que estar seguros: La ineptitud de la burguesía para resolver el problema del hambre (aquí como en el mundo) no pasa por la ineficacia; por el contrario, son eficaces para lo único que pueden serlo que es producir sin tener el menor cuidado por el ser humano y la naturaleza. “En Salta se desmontaron, desde 2006, 654.000 hectáreas. El principal motivo es el avance del modelo transgénico. En el 2000, en la provincia existían 210 mil hectáreas con soja. La última campaña aumentó a 600 mil hectáreas. El maíz transgénico pasó de 61 mil hectáreas (en el 2000) a 162 mil (en 2013). Otro factor es el corrimiento de la frontera ganadera, expulsada (también por la soja) de las tierras que ocupaba, avanza sobre tierras campesinas, indígenas, de monte nativo. En el 2000 había en Salta 420 mil cabezas de ganado bovino. En 2010 (última estadística disponible) llegaba a un millón de cabezas… En Chaco se desmontaron 218.034 hectáreas (entre 2007 y 2013)… El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC, según sus siglas en inglés), donde participan más de 300 científicos de todo el mundo, alertó en marzo pasado que el 4,3 por ciento de la deforestación global ocurre en la Argentina.. Entre noviembre de 2007 (cuando se sancionó la Ley de Bosques) hasta fines de 2013 se arrasaron 1,9 millón de hectáreas. Un promedio de una hectárea cada dos minutos. En cuatro provincias se concentra el 80 por ciento de los desmontes: Santiago del Estero, Salta, Formosa y Chaco”. (http://www.rebelion.org/noticia.php?id=194348&titular=los-desmontes-de-la-soja-).
Estos datos implican la destrucción, el desplazamiento y el despojo de cientos de comunidades originarias y criollas y, como inevitable consecuencia, la marginación, el hambre y la muerte de los hijos de nuestro pueblo. No hay fatalidad, no hay casualidades. Hay planes concretos de saqueo de la gente y de la tierra par el beneficio de un puñado de capitalistas.
Los que están produciendo esta masacre humanitaria son las empresas que acompañaron a la Presidenta en su viaje a China, y se aseguraron ser los principales beneficiarios de los acuerdos firmados para vender alimentos (principalmente soja y sus derivados) a ese país. La Presidenta tuitea que estemos tranquilos que “nuestras empresas” están vendiendo bien y la gira por la China es un éxito.
Nunca más claro: sus éxitos son nuestros fracasos, nuestros padecimientos; y cada vez más urgente la necesidad de erigir una salida revolucionaria que termine con la infamia del hambre y con la infame burguesía.