Este año, como reiteramos en diferentes notas se cumplen 50 años desde nuestra fundación y no casualmente llegaremos en breve a las 1000 ediciones de El Combatiente órgano central de propaganda de nuestro partido.
El hecho mismo de este acontecimiento conlleva una historia y un presente que se interrelacionan permanentemente. Conmemorar 50 años es un hecho político que trasciende nuestras filas, somos una parte de esa fundación pero todos somos hijos de la lucha de clases, nos pertenece y no nos pertenece al mismo tiempo.
El nacimiento del PRT fue un 25 de Mayo 1965 y fue producto de la historia de nuestra clase obrera que se entrelazaba ya con infinitos enfrentamientos clasistas en el plano político e ideológico con la burguesía.
Ya por esos años el Capitalismo Monopolista de Estado comenzaba a asentar sus primeras bases de dominación, la Burguesía Nacional de otrora ya no sustentaba las bases fundamentales para sostenerse como bandera insigne del Capitalismo, aunque fuerte aún en sus expresiones políticas, el Estado era ya parte y arte de las decisiones de los monopolios. La revolución Libertadora y, a partir de allí, en los sucesivos gobiernos democráticos burgueses o los dictatoriales fueron facilitando a través de las instituciones una dominación que al cabo de las próximas décadas permitiría la legalización de las peores aberraciones contra el pueblo.
Sin embargo el mismo Capitalismo creó una clase obrera que supo entender desde sus primeros pasos la lucha de clases, cuestiones que la clase dominante sintió en todo el proceso histórico. Hay una memoria colectiva “innata” en nuestra sociedad de las clases enfrentadas, pero en cada período histórico fue necesario elevar el nivel de conciencia revolucionaria del papel del proletariado. Una de las expresiones políticas, aunque de ninguna manera subestimamos otras expresiones de la historia proletaria, fue la aparición del PRT que conllevó lo esencial para un cambio social, las ideas de la revolución, del socialismo y la lucha por el poder.
No es casual que a cincuenta años de ese nacimiento, de ese “empujón” que necesitó la historia de la lucha de clases, desde otro nivel del espiral ascendente, la lucha de nuestro pueblo, de sus organizaciones políticas y sociales, de sus metodologías, necesite un nuevo empujón.
La clase dominate, el Estaqdo Monopolista con sus diferentes gobiernos no ha podido frenar la lucha de nuestro pueblo aún en las peores condiciones en que se encontraba, pero sí logró mellar en lo ideológico las ideas de revolución socialista, de la lucha por el poder. Ellos atraviesan una crisis política de magnitud, el pueblo no les cree y en ello hay una elevada conciencia pero no aparece con la necesidad de la época el reverdecer de las ideas de revolución.
Éste es un momento extraordinario para dar ese empujón que necesita la lucha de clases, se hace necesario multiplicar la lucha económica y política en todos los planos. Es una época de conquistas, son meses de extrema politización de nuestro pueblo, las reivindicaciones más sentidas deberán ser los ejes políticos movilizadores y es en ese andar en donde los objetivos revolucionarios deberán comenzar a pesar en cada enfrentamiento.
En esas luchas, en cada una de ellas, es tarea de los revolucionarios empujar hacia la revolución en el plano político e ideológico en las masas pero, por sobre todas las cosas, en la preparación de las fuerzas orgánicas que las mismas masas se van dando con sus metodologías autoconvocadas que van ganando un terreno cada vez más masivo.
Sabemos que el problema de la unidad del pueblo viene desde “el pie” pero es tarea de los revolucionarios emprender el camino práctico de la misma a partir de la misma experiencia de unidad que nuestro pueblo ya alberga.
Empujar la historia en este año del aniversario de nuestra fundación es ir con un lenguaje claro y llano a las masas de los planes revolucionarios que venimos elaborando que aún son propiedad de un pequeño sector de la sociedad y que de hecho deberán ser conocidos por las más amplias masas.
Todo el pueblo debe saber no sólo lo que pensamos sino lo que estamos haciendo y además proponiendo para la lucha por el poder. ¡Ése es el desafío y lo sabremos enfrentar!