Hoy, con el único propósito de esconder, confundir y desviar la realidad, la burguesía pone sobre el tapete el problema de la ingobernabilidad, planteando que es el primer problema de la política y argumentando que su esencia se debe a las opiniones que van de derecha a izquierda… Trata de introducir la idea de que resolviendo estas diferencias dentro de las instituciones de la burguesía, pueden sortear este problema.
Pero la realidad de la lucha de clases los embreta cada vez más en las contradicciones insalvables del sistema capitalista y la concentración económica a niveles mundiales, que está llevando a la humanidad a vivir en la más profunda miseria.
Y es en el devenir de las luchas de clases, que amplias masas enfrentando estas miserias, toman la iniciativa cotidianamente para luchar por una vida digna. Allí surgen experiencias que comienzan a organizar la correlación de fuerzas y le asestan golpes durísimos a los planes de la oligarquía financiera, al tiempo que esas organizaciones se van trasformando en herramientas estratégicas para esas masas y rápidamente tienden a transformarse en instituciones con verdadero poder popular. Estas instituciones genuinas de las masas se dan en diversos sectores: barriadas, colegios, centros de trabajo, etc.; y han desatado luchas que han marcado a fuego la iniciativa de las masas.
Particularmente, en los más importantes centros industriales, la clase obrera va institucionalizando estas herramientas que cuentan con la democracia directa como denominador común, y empiezan a ponerle ya la mirada (con otro nivel de conciencia producto de la intensa confrontación que viene sosteniendo contra los monopolios y sus gobiernos), a la cuestión de la movilización como un aspecto fundamental para poder seguir avanzando en la conquista de una vida digna.
Esto es lo que la burguesía intenta frenar de manera desesperada, echando mano a cuestiones viejas y estériles -como la de la disputa entre las opiniones de derecha a izquierda-, porque es consciente que estas grandes movilizaciones, las cuales tenemos que organizar, contarán con el debate cotidiano de las masas: que la cosa así ya no va más y que la única alternativa para ellas es una salida revolucionaria.