La oligarquía financiera en la vos de sus diversas expresiones da cuenta de la acuciante crisis política y económica y perfila sus decisiones posicionándose como víctima, disimulando con ello la prosecución de la explotación más extensa de la clase obrera.
Dime qué haces y te diré que eres. El grupo Techint busca mediante una clara maniobra política suspender a 3.000 obreros de su planta de Campana arguyendo que dada la baja en el precio del petróleo a nivel mundial la demanda de los caños sin costura esa industria se ha reducido. Para ello firmó un acuerdo con el gremio (UOM) y el Ministerio de Trabajo (Gobierno) para avalar esta maniobra que tendrá una duración, según sus cálculos de unos 6 meses.
Al mismo tiempo está operando para ampliar el desarrollo de sus negocios en Venezuela, Ecuador y Colombia, donde -o casualidad- la multinacional de origen Chino Sinopec tiene grandes contratos al igual que en nuestro país y que dicho sea de paso, es la principal compradora de sus tubos de acero.
La crisis mundial del petróleo –dicen- les ha imposibilitado obtener 40% más en ganancias para el grupo monopolista, por lo que se ven obligados a implementar una reducción de costos, que se traduce en el despido de 400 trabajadores, en las suspensiones mencionadas y en la eliminación del cuarto turno y las horas suplementarias. Aun antes de haber sido suspendidos el salario se les redujo en 2000 pesos por el achique de las horas de trabajo.
La crisis petrolera existe por un acelerado proceso de concentración mundial y apropiación de esos recursos, que la agudiza y da lugar a una feroz puja por sacar mejores ventajas económicas, subsidios multimillonarios sostenidos por los pueblos del mundo a través de los estados al servicio del capital monopolista y la necesidad de aumentar artificialmente los precios para sostener un ritmo insaciable de ganancias extraordinarias que tiene su consecuente relación respecto de la clase obrera.
La necesidad de aumentar la productividad frente al crecimiento de los negocios, es decir pagar menos por más se canaliza a través del achique salarial. La santa alianza monopolios, sindicato y gobierno, entramados en esa puja de intereses como parte de la oligarquía financiera hacen uso de estas maniobras arguyendo la enorme preocupación por la crisis mundial que plantea Techint, ratificando así un intento más de reducción salarial que tiene directa relación con el límite de aumentos que la UOM de Calo plantea como techo en un 29% para las paritarias.
Para agregar más claridad a toda la intentona de la superestructura y siguiendo con esta tónica de los intentos de reducción salarial, las declaraciones del titular de la UIA no dejan lugar a dudas, no tendría que haber negociación paritarias, solo complementos no remunerativos en cuotas, además de decir que el salario en nuestro país no está desfasado respecto de la inflación, que quien venga con más del 43% lo sacamos a patadas plantea, que el salario debe aumentar un 20 % como máximo.
La lucha de clases los expone en sus intentos de maniobrar en un clima cada vez mas critico de descontento, imprevisibilidad, crisis política, confrontación y enfrentamiento. Nada de lo que la oligarquía puede excusarse por ser arte y parte de la misma y no desde un lugar pasivo sino desde el sostenimiento de sistema capitalista. Desde el poder se apechugan en torno a las preocupaciones por esta situación que se les va de las manos, pero en realidad buscan sacar ventajas de la misma haciéndole pisar el palito a los trabajadores, que cada día con más decisión y acción dan muestras claras de rebelión frente a toda esta fantochada que pretende disimular la superexplotacion a la que están sometidos. La preocupación central de la oligarquía es pues, la acción independiente de la clase obrera a través de sus herramientas de lucha la asamblea y la democracia directa.