Ganancias: triunfo político permanente y alivio económico pasajero

El anuncio del gobierno sobre Ganancias, es una conquista política de los trabajadores.

Visto desde lo puramente económico, sólo será un alivio para el bolsillo del asalariado. Una vez que se cumplan las 5 cuotas retroactivas de “devolución” de lo expropiado, intentarán ir de vuelta  con “la burra al trigo”, incluso terminadas las paritarias, un nuevo ejército de “pagadores” abultará las arcas del Estado monopolista.

¿Por qué hacemos ésta disquisición tan tajante?

Porque en el tema político, el Gobierno de los monopolios  y todo el arco de la burguesía  están sufriendo por estos días fuertes embates por paritarias; ellos van por un techo del 25% y por abajo el reclamo supera ampliamente ese propósito. Hay anuncios y realidades en todo el país de paros, los “jerarcas sindicales” (que son parte y arte de las empresas) anuncian como lo hizo el “señor” Caló, que tiene que emitir bravuconadas para que las bases no lo cuelguen.

Es una conquista política no solo porque la clase dominante tuvo que anunciar un paso atrás cuando decía hasta hace pocas horas que el impuesto a las ganancias era un tema cerrado. Sintieron el golpe con el paro anterior, sufrieron en carne propia que el malestar de las bases superó toda barrera que quisieron imponer los propios convocantes.

Ese y este triunfo envalentona al trabajador, en cada establecimiento de una u otra forma el debate por paritarias y ganancias está pasando a ser un “emblema” de unidad  que trasciende cada pared y se transforma en una tela de araña imperceptible aún a los ojos.

En ese cabalgar de conquista se siguen abriendo nuevos debates, se fortalecen en experiencias  miles y miles de almas trabajadoras, se aprende a conocer a la clase dominante y por sobre todas las cosas, miles y miles de nuevos trabajadores se acoplan a los ya establecidos, en una experiencia que es imprescindible para grandes gestas, la lucha concreta y efectiva, la movilización practica de las fuerzas.

En ese recorrido es muy importante la conquista en lo político aunque en lo económico el poder siempre se las arreglará de una u otra manera por “recuperar” la parte que le roba al trabajador en cada jornada. Pero en lo político no es así; entramos en una etapa de la lucha de clases en donde comenzamos a ver triunfo y que el mismo está dado por la multiplicidad de enfrentamientos que ya no le es tan fácil ocultar a la clase dominante. ¿Cómo hacen para tapar el paro bancario, aceiteros, las embestidas por abajo de los metalúrgicos, los petroleros, etc.?

En este marco muy amplio de la lucha de clases, aparece con mayor dimensión la necesidad de elevar esa conquista política al plano de la política revolucionaria, de no quedarnos bajo el fuego de la presión que ejercen las fuerzas electoralistas para intentar desnaturalizar la lucha. Intentarán por todos los medios llevar a fondo la consigna “todo por un voto” y montarse sobre la indignación existente.

Esta conquista política debe permitirnos reforzar la idea de la organización independiente de los trabajadores, seguir profundizando en este camino, seguir poniendo ladrillo sobre ladrillo el fortalecimiento de todos los brotes que han empujado a este triunfo.

Se comienza a entrelazar en el espíritu de estas luchas, la necesidad de poner sobre la mesa el derecho político de los trabajadores, que tanto el poder ha querido borrar por largas décadas de la memoria activa de millones de personas, que diariamente generan las riquezas y que cada vez menos tienen.

En esta conquista política se combate la idea que han impuesto, de que nuestro pueblo está para atrás, con el único fin de reemplazar su lucha y dedicarse al voto hasta que la “gente despierte”. Es una bofetada a esta concepción que subestima el papel protagónico que millones juegan en estos días. La parafernalia electoral ha sido superada por un presente de lucha y conquista, que comienza a verse, y quien quiera omitir esa parte de la realidad, quedará a expensas del escarnio.

En este terreno, es que nos tenemos que poner fuertes,  porque es el que conocemos  y en el cual debemos verter la salida política revolucionaria que estamos desplegando.

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