La política de Estado implementada por la oligarquía financiera de reducción salarial y la creación, a través de los medios, de un clima artificial de “tranquilidad” “estabilidad” y “consumo” para reafirmar la “década ganada” con claros objetivos electorales del gobierno nacional y sus accionistas provinciales y municipales junto al silencio cómplice de la llamada “oposición” electoral, han sufrido una contundente nueva derrota política en manos de la clase obrera.
La huelga de los trabajadores del complejo industrial oleaginoso de todo el país que con su decisión, combatividad, unidad, organización y disciplina, bloqueó los puertos y fábricas, paralizó las exportaciones de granos y derivados en forma ininterrumpida durante casi un mes, ha sido el emergente y la mano ejecutora de la voluntad de todos los trabajadores de no dejar pasar la políticas hambreadoras y explotadoras de la burguesía.
Si en diciembre del 2001 la burguesía sufrió quizás una resonante derrota política en la historia contemporánea en manos del pueblo, que los obligó a retroceder, conceder en lo económico y social, y ensayar políticas populistas para estabilizarse en el poder, la actual derrota, esta vez desde un escenario distinto (el de la clase obrera), abre la posibilidad cierta de que el conjunto de los trabajadores conquisten sus aspiraciones económicas, derechos políticos y sociales en la medida en que fortalezcamos las organizaciones independientes de la clase y marchemos por el camino de la unidad, organización y lucha.
Es por esto que las tareas inmediatas de los trabajadores hoy es masificar la potencia de este triunfo y las posibilidades que el mismo abre, para profundizar el enfrenamiento por el salario y los derechos políticos de organización.
La clave está en afianzar, profundizar, masificar la organización independiente de los trabajadores poniendo en el centro la asamblea y la democracia directa como única expresión de la voluntad del conjunto lo cual nos permitirá romper con los mandatos corporativos y sectoriales impuestos por el sistema de explotación y avanzar en la unidad de todos los centros productivos de las regiones o parques industriales para lograr la unidad práctica y concreta unificando así el golpe para la conquista de los intereses económicos y políticos del conjunto de los trabajadores.