Sin mucho ruido, casi en silencio y en total ausencia en la agenda electoral de la llamada “oposición”, el día de ayer, el gobierno nacional ha autorizado a 9 empresas distribuidoras de gas domiciliario -Distribuidora de Gas Cuyana (Mendoza), Metrogas ciudad de Buenos Aires y a once partidos del sur y el sudoeste del área metropolitana, Gasban (Zona Norte de la provincia de Buenos Aires), Litoral Gas(Santa Fe y el noreste de Buenos Aires), Gasnor (Tucumán, Salta, Jujuy y Santiago del Estero), Camuzzi Gas Pampeana (Buenos Aires y La Pampa), Gas del Centro (Córdoba, Catamarca y La Rioja),
Gasnea (Entre Ríos) y Camuzzi Gas del Sur (Neuquén, Río Negro, Chubut, Santa Cruz y Tierra del fuego)- el aumento de sus tarifas.
La autorización de este aumento viene de la mano del ajuste en la tarifa de 69,1% a las grandes trasportadores mayoristas -Transportadora de Gas del Norte (TGN) y Transportadora de Gas- más un regalito de $ 2.590 millones anuales en carácter de subsidios.
El tarifazo, que llega en plena época invernal, tendrá un impacto en la factura domiciliaria -según estimaciones de las empresas distribuidoras- cercano al 25% sobre el embrollado cuadro tarifario dispuesto en 2014 que incrementa la tarifa según consumo anual. Y que como ejemplo dispone que si se consume el 20% menos de gas que en el 2014, «la factura no tendrá aumento», como si una familia pudiese dejar de cocinar y calefaccionarse durante 6 días al mes.
Este nuevo ataque a los bolsillos de los trabajadores que pretende ser solapado detrás del circo de los políticos en el juego electoral no pasará inadvertido para el pueblo y, al igual que ayer y sin ninguna duda alguna, el pueblo en las calles con su movilización y rechazo pondrá límites a las pretensiones de ajuste de cuentas de la oligarquía financiera golpeada desde hace años por la rebeldía popular.