Vaca Muerta, presentado por la clase dominante y sus gobiernos como “un atajo hacia el futuro”, la “Vaca Viva”, la “Nueva Arabia Saudita”… y que tiene como actor protagonista, con contrato “secreto”, a Chevron y de “auspiciante” a YPF que pone la plata de todos para su concreción, cuenta en su haber desde su anuncio con la denuncia política de amplios sectores de la sociedad (por el saqueo de nuestros recursos); y la resistencia y denuncia porlas consecuencias en el daño del medio ambiente del fracking (fractura hidráulica), que convertirá el actual paisaje y toda la vida misma en un inhabitable pantano de petróleo y contaminación. A esto se le suma la lucha de las comunidades mapuche, puesteros y crianceros (pequeños ganaderos), que defienden sus tierras y su economía.
Toda esta realidad presenta hoy «un lado B», otra cara de la misma catástrofe. El mega proyecto en la cuenca neuquina que tiene el epicentro a la localidad de Añelo, una de las más humildes de la provincia y la puerta de entrada a Loma La Lata , el yacimiento de gas más grande del país, ya sufre los costos de del boom petrolero.
De casas bajas, calles de tierra y servicios deficientes con 3000 habitantes permanentes pasó a más de 7 mil en los últimos años. Esto sin ninguna planificación más que el libre albedrío del capital, ha puesto en crisis toda la estructura sanitaria, logística, educativa y de servicios de la población.
Centenares de obreros de las más remotas regiones de nuestro país y en medio de un duro y adverso clima, viven en miserables viviendas o en el mejor de los casos, en “ordenados” containers con deficientes o escasos servicios sanitarios y bajos salarios. Todos costos de “tener trabajo”.
El llamado “progreso” ya ha generado bolsones de marginalidad y miseria alredor de la ciudad y se han disparado todos los índices de las lacras del capitalismo. Hoy 4 de cada 10 trabajadores son adictos, el doble que hace tres años. La prostitución y la trata crecen exponencialmente, y la violencia interpersonal y la delincuencia se han instalado como parte del paisaje.
Y esto recién empieza. El proyecto «Nuevo Añelo» espera alcanzar en los próximos años los 30.000 habitantes. 30.000 almas que no se resignarán a la esclavitud del capital y buscarán una salida humana a la depredación capitalista.