“Pobreza franciscana”, “Certificado de pobreza”, “Éramos tan pobres»…

Tres frases  populares que vienen como anillo al dedo para alertar al lector  sobre la política burguesa

1.     Unión PRO: “Hay equipo”

2.     Unión PRO : “sigamos con el cambio”

3.     ECO :” lista transparencia y gestión”

4.     ECO : “lista suma más”

5.     FPV : “lista podemos vivir mejor”

6.     FPV : “Ciudad para todos”

7.     FPV: “ La ciudad es del otro”

8.     FPV : “Frente sí”

Mientras en el pueblo se suceden los conflictos por nuevas conquistas, es el caso de los docentes que en 5 provincias están de paro, o el caso de los mencionados en ésta misma página como el conflicto de la línea 60 que acaba de producir un triunfo notable y dejando enseñanzas para un futuro inmediato, en fin ni siquiera mencionar la cataratas de los enfrentamientos menores que no son “noticia” para la concentrada prensa amarillista de los monopolios.

Ver solo ocho consignas de quienes nos “representarán” es entender un poco más la crisis política de la burguesía monopolista.

¿Qué tienen que ver estas conductas con las necesidades y la dignidad del Hombre? ¿Qué respuestas encuentran a tanto descalabro? ¿Qué significan esas frases hechas?

La política que nos ofrecen es seguir “fugando al futuro” y en ese mientras tanto avasallar nuestros derechos.

Compañero lector,  vuelva a leerlas y más allá de una risa irónica que puedan provocar semejantes consignas, ¿no es acaso un certificado de “pobreza” que nos presenta la clase dominante? ¿Acaso puede proponer algo distinto?

Esta misma clase dominante se está enfrentando desde hace años a una decisión  política de nuestro pueblo que en toda expresión de lucha aparece ya una metodología revolucionaria y ella tiene mucho que ver con la democracia directa.

Esto no significa que la metodología y la experiencia cotidiana lleve por sí misma a un cambio revolucionario de poder, sin embargo es desde esa experiencia que el proceso revolucionario y los revolucionarios entendemos que se debe seguir trabajando incansablemente hacia una salida revolucionaria, un nuevo poder.  Las clase dominantes, utilizando el aparato del Estado intentaron en lo ideológico imponer sus intereses y hacerlos aparecer ante los ojos de las mayorías como de interés de toda la sociedad, sin embargo la lectura de tan  solo ocho consignas parecería “cuestionar la fortaleza” que inspira a la actual clase dominante.

Esa pobreza política manifiesta aún tiene un  respaldo en el plano ideológico, de una u otra manera prevalece la idea que la única salida  es más capitalismo, es más institución de Estado  como “árbitro” entre las clases.

Del lado de la revolución estamos quebrando la idea del poder burgués cuando a la permanente lucha y a las conquistas logradas con metodologías que se le corresponden con más y más democracia directa, se insertan  las políticas y las organizaciones que apuntan a la lucha por el poder.

Ocho consignas lastimosas, incapaces de movilizar, solo puestas para “optar” entre males  ya conocidos. Del lado de la revolución seguir persistiendo  en el fortalecimiento de las organizaciones que se van generando de la lucha, de la experiencia del enfrentamiento entre las clases, de persistir con propuestas políticas directas y claras hacia dónde dirigir el golpe y para qué, pero a sabiendas que se hace imprescindible cada vez más la masificación de la salida revolucionaria para que cada enfrentamiento no se licue y alimente “la táctica” de la burguesía de seguir fugándose a un futuro incierto.

Compartí este artículo