Las guerras que se libran en Medio Oriente, África y Asia son en primera instancia guerras por el desarrollo del capitalismo a ultranza, cuyas implicancias estratégicas son la utilización de la monumental fuerza de trabajo barata que reúnen estas regiones. En segundo término, por los recursos naturales que allí anidan. Son guerras entre las expresiones más concentradas de las fracciones monopolistas de la oligarquía mundial por alzarse con las mejores porciones del botín. Por ende también son guerras en contra de los pueblos y por el sometimiento de los mismos a sus designios, que no son otra cosa que la superexplotación y la máxima ganancia.
Estas guerras se libran en Afganistán, como en los diversos países de África Meridional, como en Yemen, en Turquía, en Irak, en Palestina, en Libia, etc. con igual intensidad que en Siria pero, el silencio de radio sobre las mismas por un lado, mas acumulación de conflictos de intereses y la exaltación de la situación Siria por otro, hacen de este país el reflejo de la cruenta situación que se dirime en el mundo.
En Siria como en ningún otro caso se condensan las condiciones a la que la Oligarquía Financiera se enfrenta una aguda crisis como en la segunda guerra mundial, cuyo desenlace ni ellos pueden dimensionar. Por un lado Movimientos revolucionarios expresados por el pueblo Kurdo encabezados por el PKK, con las aspiraciones de vida digna de su pueblo, expresadas en el hartazgo al régimen capitalista de su gobierno títere y en las decenas de refugiados que ponen en evidencia el grado de descomposición que tiene. Por otro con las organizaciones mercenarias como ISIS, sostenida entre otros por los grandes corporaciones como Toyota, las petroleras Total Gas, Esso, Shell, el complejo militar industrial de occidente de la mano de la OTAN, etc., que junto a la presencia de Gazprom y Sinopec de la mano de Rusia y China y sus respectivos intereses en el petróleo y el gas, de su poderío militar entrelazado con el complejo militar industrial, que compite en una desmedida carrera armamentista en toda la región y la alianza con Irán Irak, Jordania, los emiratos Árabes expresan las facciones de la oligarquía y sus disputas.
En Siria no solo convergen las alianzas militares entre estas expresiones monopolistas para llevar a cabo sus planes, sino que convergen sus pujas interimperialista, y sus guerras, al mismo tiempo que buscan sofocar su pueblo e instaurar un régimen político y un Estado que sea garante de sus intereses. Es decir que el capitalismo, por lo menos desde sus aspiraciones, adopte una situación menos traumática para sus grandes negocios.
Convergen de forma extrema su crisis, su descomposición y su desesperación por sostener el régimen capitalista y su modo de producción pero, exacerbando las relaciones de producción a un lugar de no retorno, a un punto donde la palabras ya no pueden disimular las acciones y donde el engaño y la mentira tiene corto vuelo.
Tanto es así que el señor Medvedev, presidente ruso, calificó lo que sucede en Siria como el «más duro resultado de los últimos años».»No combatimos por los líderes concretos, defendemos nuestros intereses nacionales, por un lado (…) y por otro lado, hemos recibido un llamamiento de las autoridades legítimas», ¿No hemos oído en más de una oportunidad a otros tantos paladines del poder mundial como los Bush o los Reagan en incontables veces emitir estas mismas declaraciones sobre “los intereses nacionales”?.
Con estas palabras fresquitas y recientes no solo se legitima sus más de un millar de bombardeos, sino también la corta existencia que le queda al gobierno títere actual. Pese a ello el señor Putin declara “que la política exterior rusa es pacífica, que no necesita los territorios y ni las riquezas naturales de otros”. La señora presidenta de nuestro país encantada con estas palabras -como lo ha manifestado en la ONU- de la mano de Putin el buen capitalismo está garantizando el progreso.
De la mano de la oligarquía y sus intereses no hay bombardeos buenos y malos, facciones del capital monopolista mundial progresistas y otras reaccionarias por el contrario, hay claros objetivos de explotación de millones, porque son la clase explotadora y destructora de pueblos.
La guerra esencial que se libra, es la que desde los trabajadores y los pueblos del mundo se libran en pos de sacarse el yugo del capital y su régimen humillante del ser humano. Y esa guerra es por la que el imperialismo teme. Por lo tanto el nuevo orden mundial que tanto pregonan, solo existirá a condición que la revolución social borre al capital y su sistema de dominación, mientras tanto el desenlace de cada guerra serán mas guerras, la solución no está en sus manos.