La asamblea de Puerto Madryn reunió ayer a más de 15.000 petroleros que decidieron esperar al martes de la semana que viene para ver si hay solución al conflicto que los mantiene movilizados desde hace cuatro jornadas.
La próxima escalada en el conflicto, prevé un paro general petrolero al cual darán su apoyo (parando también) otros sectores del pueblo. Es que la vida en la región, se organiza alrededor de la actividad petrolera.
Debido a eso, los bancarios manifestaron su decisión de ir también a la huelga. La CGT «Ubaldini» debió declararse en estado de alerta y movilización (son 57 gremios agrupados en la misma). Los sectores de comercio, pesca, educación, seguridad, sanidad, también están expectantes con una clara posición a favor de los trabajadores.
Mientras tanto, el contubernio de la burguesía, constituido por Tecpetrol, la empresa que amenaza con despedir a 5.000 trabajadores, el gobierno, el ministro de energía Aranguren (ex CEO de Shell), y la propia conducción sindical entreguista que, a su pesar, está al frente del conflicto lugar en el que la pusieron los obreros movilizados, analizan la forma de apaciguar el conflicto, aunque sea por ahora, o tirar la pelota para adelante mediante un subsidio a cargo del Estado.
El mismo consistiría en pagar la diferencia entre el precio internacional del barril a US$ 26,62 (hoy), y el precio en que se vende en el mercado interno: US$ 54,90, con el claro fin de que la empresa sostenga sus niveles de ganancia.
Lo aberrante de la situación que muestra claramente lo absurdo del sistema capitalista es que los argentinos pagamos un sobreprecio por cada barril de petróleo que se produce en nuestro propio país. La diferencia entre un precio y el otro, el Estado se la aporta como subsidio a cada petrolera actuante en nuestro territorio, con lo cual obtienen 206,24 % de ganancia ¡¡sobre ganancia!! Así y todo, Tecpetrol chantajea para que se le abone el mismo porcentaje ¡¡¡para vender al exterior su producción!!!
Pero el dinero del Estado se recauda del trabajo y sacrificio del pueblo, nunca de la burguesía monopolista. Dado lo cual, para disponer de ese subsidio, deberá sacarse de otra necesidad popular, (pues la fórmula es no disminuir ninguna ganancia de monopolio alguno) ya sea con mayor carga impositiva o recortando recursos destinados a otros trabajadores y al pueblo en general.
Lo anterior nos confirma que debemos enfrentar con unidad, más allá de lo gremial y sectorial, todas las políticas que emanan del gobierno al servicio de los monopolios.
En medio de la situación de movilización masiva de la sociedad chubutense, los monopolios y su gobierno tienen otra enorme encerrona política…y van …
Éste es el punto delicado que enfrenta el gobierno incapaz de someter a su dirección centralizada a la oligarquía financiera, producto de las agudas contradicciones intermonopolistas y la insaciable voracidad de los grandes burgueses. Sus negocios no respetan plazos políticos, situaciones a equilibrar o ecuanimidad entre pares y, menos aún, con el pueblo. El que puede se lanza al arrebato con cualquier medio o ardid sin respetar nada más que su hambre de ganancia.
La clase obrera que ha atraído con su movilización al resto de la sociedad no está dispuesta a retroceder y sigue con vocación unitaria sumando a su propia fuerza el torbellino ascendente de toda la población, manteniendo firme el timón hacia la resolución favorable del conflicto.
Por su parte el gobierno tiene frente a sí el panorama de la derrota: A) O cede y otorga el subsidio a Tecpetrol para que no despida a los 5.000 obreros, lo cual lo obligaría a recortar gastos sociales y enfrentarse a otras fuerzas populares a la cuales privaría de los mismos llevando fuego con peligro de incendio social sobre el acalorado ánimo de la población a otros puntos o sectores sociales del país. B) O no cede y se le incendia Chubut bajo el papel dirigente de la clase obrera con el peligro, para ellos, de que el mismo se constituya en la chispa que encienda la pradera de todo el territorio nacional.