Y no faltaron el jefe de gabinete Marcos Peña y el ministro de trabajo Jorge Triaca.
Con solo mencionar a éstos “señores” el artículo debería estar cerrado.
Pero la tentación a la denuncia es grande y la capacidad de asombro que está literalmente agotada posibilita afinar algunas tácticas del proletariado.
A pesar de las fotos conciliadoras mienten.
No hay acuerdo de paritarias ni de pisos y techos salariales. La razón es muy sencilla, los acuerdos por salarios no se resuelven en un gabinete de burócratas. La lucha de clases está imponiendo otro camino muy distinto.
Estos bandidos hablaron de todo:
- Ganancias
- obras sociales
- reducción del IVA
- puestos de trabajo
- nada para subestimar, muy cierto, conquistas a continuar.
Pero de lo que se trata en lo inmediato es: ¡con o sin paritarias 50% de aumento!
Más de una hora de reunión y del salario eso no se habló.
Recordemos que la semana anterior Macri-Moyano, a espaldas de todo el pueblo tuvieron una reunión secreta y preparatoria de la reunión de ayer. Ambos “señores” habían acordado el silencio preventivamente.
La lucha de clases condiciona a todos los actores, y el gobierno comienza a entender que la política que lleven adelante será un poquito más compleja que analizarla desde el “gradualismo o de shock”. Un lenguaje por demás absurdo si se comprendiese el papel de las clases y sus intereses antagónicos en juego.
No hay ni habrá acuerdo por arriba. No hay disposición de la clase obrera y de los asalariados a resignar nada de lo conquistado en años de lucha.
El 50% que impulsamos, con o sin paritarias implica poner en caja lo que en algún momento pensaron estos popes de paralizar absurdamente los reclamos en medio de una oleada de pérdida de poder de compra de millones.
El conciliábulo de ayer y los apellidos que lo respaldaron de ninguna manera podrán ser dique de contención del espíritu de lucha de nuestra clase obrera. Por el contrario, son gestos irritativos, son personeros del apriete al trabajador, de la corrupción sindical afín al Estado monopolista. Por estos días varios frentes de lucha salarial están marcando la agenda y la cosa viene por allí, ese es el punto por donde quebrarles sus iniciativas.
Ellos no hablaron de lo que no tenían que hablar, eso es muy cierto y a la vista de millones, pero lo cierto es que estuvieron sentados allí justamente por lo que no hablaron y ese punto es la agenda que no podemos perder de vista en las semanas venideras.