El actual gobierno de Macri, a dos meses de gobierno, creyó que podía caminar por el despeñadero como si estuviera en el jardín de su casa. Los primeros tramos de su gestión, intentando cumplir a rajatabla los intereses económicos que representa, lo pusieron de cara a la realidad. Se gobierna para los monopolios, lo demás no importa nada.
Así, desde pagar las deudas a los llamados fondos “buitres”, quitas de subsidios de la luz y el gas dándole un golpe tremendo al bolsillo de nuestro pueblo, sumado a la devaluación de la moneda y una inflación galopante, despedir trabajadores del Estado justificando que son “ñoquis” con la intensión de disciplinar a la clase obrera, y esforzarse por todos los medios de poner irrisorios techos a las propuestas salariales. Ahora dio un pasito más y terminó desbarrancando: eximió de retenciones a la minería (le eliminó el impuesto a la ganancia) como una medida más en beneficio del saqueo que estas realizan, que en su totalidad son multinacionales extranjeras que aparte de llevarse nuestras riquezas destruyen todo lo que encuentran a su paso, desde la contaminación a las aguas y con ello todo lo que porta VIDA, en varios quilómetros a la redonda. No les importa volar una montaña con tal de extraer lo más rápido posible y así apropiarse de la tercera reserva minera más importante del planeta según los especialistas. Superexplotan a nuestros obreros, destruyen las economías regionales y tienen la impunidad y prepotencia que hasta se sienten territorialmente dueños de un Estado dentro del Estado Nación. Aparte, ahora, este gobierno, acaba de aprobar la construcción de una ruta monumental para que una San Juan y Mendoza para que puedan sacar los minerales por Chile.
Pero en la promesa de campaña en ningún momento estuvo la de eximir de ganancias a la mega minería, por el contrario lo que íi puso en el tapete era eximir del impuesto a la ganancia a los trabajadores.
Pero tranquilos señores que esto no es gratis. Se paga y se paga muy caro. Ya los más fieles aliados del gobierno, se hicieron a un costado. No quieren quedar pegados, y a 60 días de gobierno Macri. Pero la cosa es mucho más profunda que el simple oportunismo de sus aliados Massa y Carrió. Este gobierno desbarranco. Toma estas medidas porque se lo exigen sus patrones y porque es representante, entre otros, de tales intereses. Pero la calle habla a viva voz en los lugares de trabajo, en las paradas, los comercios, etc. Ya es un clamor popular en repudio a las medidas de este gobierno, a pesar que aun todavía no se materializa en una gran rebelión. El aislamiento a todas estas políticas gana la calle, pero a todo esto hay que agregar, por si fuera poco, la agenda que propone el pueblo trabajador en las discusiones paritarias que se avecinan. Ya es un hecho el debut con el conflicto docente en puertas, ni hablar de la industria en todas sus gamas y el transporte. Es decir, solamente la presión a la que está sometido este gobierno hace que acuse el golpe. Cuentan a su favor con el Estado y todos sus resortes, y con los medios de difusión masivos que ya están adelantando que se daría para atrás con el aumento del gas, y no dejan de traslucir las dificultades que se vienen en el enfrentamiento salarial y lo que de ahí suceda a futuro en la política y en la economía.
La debilidad es muy grande y la bronca crece a pasos agigantados. Es un momento óptimo para darle un gran golpe a tanta soberbia y explotación. Es un momento preciso, como afirmamos en otras notas, para no dejarlos gobernar. Si ellos gobiernan tranquilos, hacen los negocios tranquilos. Es decir, más opresión, hambre y miseria.