Junto a las primeras nevadas, los trabajadores estatales de Tierra del Fuego entran en su tercera semana de paro y el sexto día de bloqueo de la ciudad capital.
El gran acampe y corte en la ruta nacional N° 3 por parte de los trabajadores estatales en el acceso a Ushuaia; el bloqueo de la legislatura y la casa de gobierno, contra las medidas de ajuste que el gobierno pretende llevar adelante con la “ley de emergencia económica y previsional”, ha puesto en crisis política a toda la superestructura estatal y, al tiempo que la mayoría de los políticos niegan haber votado la ley, el poder se debate entre los extremos de la derogación de la misma y la represión
Pero la decisión de la gran mayoría de los trabajadores, que con una impresionante caravana con miles de autos recorrieron toda la ciudad, en asamblea, fue votar la continuidad del paro hasta semana santa. Sostener, pese a la orden de desalojo de la “justicia federal”, el sitio con los cortes de ruta, piquetes y asambleas. Esta propuesta fue apoyada el pasado viernes por los estatales de Río Grande con una multitudinaria marcha que recorrió las calles de esa ciudad. A esto se suma la solidaridad de los trabajadores industriales y del pueblo en general que, pese al desabastecimiento, apoya las medidas.
La llegada de gendarmería para desalojar los cortes de ruta en la ciudad aumenta la temperatura de la caldera social de la provincia y tensa las fuerzas de los trabajadores, haciendo que la moneda esté en el aire en la confrontación política de los éstos con el poder.
Pero ya hay una victoria palpable y trascendente para el porvenir de la lucha política de los trabajadores. La movilización masiva y la instalación de las asambleas con su acción directa han pasado por encima y han demolido, con su poder político, a las otroras poderosas corporaciones sindicales que han cogobernado la provincia por más de dos décadas con todos los gobiernos de turno. Y que han sido parte y actores de las extremas políticas flexibilizadoras que condenaron a miles de trabajadores a la máxima explotación y miseria.
El movimiento de lucha de la isla, con la unidad en la diversidad, que no es otra cosa que la ruptura con las artificiales divisiones sectoriales que impone la burguesía, con la autoconvocatoria, con sus asambleas y sus acciones directas y decisión de lucha, aportan una experiencia más en el camino emprendido por los trabajadores y el pueblo en la construcción de un digno futuro.