El sábado 19 de marzo se realizó un encuentro de trabajadores de varias regiones de nuestro país. Estuvieron presentes trabajadores de las más diversas ramas de la producción, docentes, estatales, debatiendo y avanzando en la senda de la unidad política de los trabajadores.
En un ámbito de respeto y fraternidad se avanzó en el debate. En la primera parte del mismo se abordó la caracterización de la situación, desde las experiencias que se viven en los lugares de trabajo y desde las formas de organización para la lucha. La metodología autoconvocada, la democracia directa y asamblearia. En la segunda parte, y de acuerdo a la caracterización, se dio paso a propuestas e iniciativas de acción para avanzar en la unidad de la clase obrera como necesidad primordial.
Se recalcó mucho lo importante de haber avanzado en realizar el encuentro sin ningún tipo de mezquindad política. Teniendo en cuenta que hubieron encuentros que nunca se pudieron realizar por cuestiones “de banderas o de siglas”, o los que se pudieron realizar terminaron en una organización superestructural donde lo que primó fue el electoralismo, y muchas otras cosas menos la unidad de clase y su protagonismo como actor central de esta escena.
Por eso, desde el principio hasta el fin, y en cada intervención, la preocupación central fue la de querer avanzar prácticamente, expresión de la voluntad y la ineludible obligación de cargarse al hombro las diferentes formas de unir a la clase obrera y trabajadores en general y a ésta con el pueblo todo.
Fue un encuentro donde las experiencias de lucha y organización tuvieron mucho peso a la hora de decidir qué pasos dar, por donde continuar. Se desarrolló con la impronta de que, más allá de conocernos las caras y las experiencias, lo que primaba eran las inquietudes y expectativas por salir con iniciativas precisas para aplicarlas rápidamente en los lugares de trabajo, en las zonas donde vivimos.
Quedaron muchas cosas claras en cuanto al intento de la burguesía de chantajear a los trabajadores con la crisis. Aunque lo hagan de diferentes formas, con despidos, suspensiones y retiros voluntarios, el objetivo es el mismo: más producción con menos personal, disciplinar a la clase obrera para que no luche por lo que le corresponde. En conclusión, achicar la masa salarial.
Y para ello se vale de diferentes mecanismos como el de querer dividirnos, desclasarnos, cambiarnos los ejes de discusión con sus aparatos de propaganda.
Cabe destacar la unanimidad con la que se hacía referencia que ésta no es cualquier época, ya que la clase obrera no está dispuesta a aceptar mansamente ningún tipo de avasallamiento por parte de la burguesía contra las conquistas logradas en miles de enfrentamientos de todo tipo. Pues ante cada iniciativa de la burguesía, la clase obrera responde con paros, tomas de fábrica, cortes de ruta, marchas y con todo lo que tenga a mano, con la democracia directa con la asamblea y la decisión independiente.
El problema es la unidad
Con la lucha no alcanza si queremos terminar definitivamente con la explotación. El hecho de avanzar con un encuentro de tales características rompe con los condicionamientos y la división de los trabajadores que se impone desde las políticas de Estado. Sobre esa base se asienta la política del capital y de los dirigentes gremiales traidores a los trabajadores para imponer y para sostener la explotación. La misma es expresión de que están madurando las condiciones para avanzar como clase contra el capital.
Por ello quedó muy clara la intención de seguir encontrándonos con nuestros pares, con otras iniciativas de unidad que existen a lo largo y ancho de nuestro país; de constituir la unidad en los lugares de trabajo, de solidarizarnos con las luchas y seguir sumando a todos los obreros y trabajadores para que entre en la escena política el verdadero movimiento obrero, con independencia política, capaz de poner de pie lo que hoy esta de cabeza.
Solo así se darán verdaderos pasos de unidad que apunten a la conquista de una VIDA DIGNA, pues es ese el anhelo más grande y buscado desde que el obrero es obrero y el único que puede unificar todas las voluntades. Ese es el camino independiente y el proyecto que necesitamos los trabajadores para poder golpear como un solo puño a nuestro histórico enemigo de clase.